El candidato oficialista colombiano Juan Manuel Santos, uno de los dos favoritos para la elección presidencial en Colombia, prometió “defender el legado” del actual presidente Alvaro Uribe, al cerrar la noche de este viernes su campaña electoral en Bogotá.
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“Los convoco a defender el legado del presidente Uribe, el mejor que ha tenido Colombia. Los invito a que perfeccionemos ese legado. Por el bien de Colombia, de nuestros hijos, tenemos que seguir avanzando”, dijo Santos ante unos 6.000 seguidores que le acompañaron en un concierto.
“Hemos escogido la firmeza antes que la ambigüedad. Saben que conmigo todos los colombianos podrán dormir tranquilos”, dijo, al ofrecer “mano dura” a las guerrillas izquierdistas.
Santos, de 58 años, candidato del Partido de la Unidad Nacional (derecha) y ex ministro de la Defensa de Uribe, aparece en las encuestas en empate técnico con el independiente Antanas Mockus, del Partido Verde, para la primera vuelta de las presidenciales el próximo 30 de mayo, y todos los sondeos auguran un balotaje el 20 de junio.
En su discurso, Santos prometió crear 2,5 millones de empleos si gana la presidencia y formalizar a 500.000 trabajadores independientes. También ofreció hacer un gobierno de unidad, al que invitó a los demás partidos políticos.
Entre este viernes y el domingo próximo los aspirantes presidenciales tienen plazo para cerrar sus campañas en plazas públicas. La ley electoral colombiana prohíbe la realización de manifestaciones y actos públicos en los ocho días anteriores a los comicios.
El acto, que estuvo precedido por las presentaciones del cantante colombiano Charly Zaa y otras agrupaciones, convocó sobre todo adultos de mediana edad y mayores, que destacaban el “carácter fuerte” de Santos como su principal virtud.
“Admiro su carácter fuerte. Creo que sus propuestas no tienen mucha diferencia con los otros candidatos, pero tiene la firmeza para enfrentar los problemas con Venezuela y Ecuador”, señaló Johanna Jiménez, una ingeniera aeronáutica de 34 años.
El candidato derechista ha sido fuertemente cuestionado por diversos sectores, tras surgir antecedentes de supuestos vínculos con grupos narcotraficantes y paramilitares. De la misma forma, se le ha responsabilizado en los polémicos casos de “falsos positivos”, civiles asesinados que vestían de militares para obtener recompensas.
