El Departamento de Estado certificó que el gobierno y las fuerzas armadas de Colombia respetan los derechos humanos, un requisito necesario para que el Congreso estadounidense entregue fondos de asistencia militares, informó un comunicado.
No obstante, el comunicado destaca que “no hay dudas” de que Colombia debe mejorar “en ciertas áreas”, al mostrar preocupación por ejecuciones extrajudiciales por parte del ejército y las escuchas ilegales realizadas por el servicio de inteligencia.

Por su parte, el gobierno colombiano denunció, a través de su policía secreta, una conspiración “a nivel interno como internacional” detrás de denuncias de un ex director de informática de ese organismo, testigo contra paramilitares de ultraderecha.