Los cientos de pasajeros que andan a diario en el Metro de Santiago viven una “sub realidad”, una que muchas veces está ajena a la vida que se presenta en la superficie.

Hecho que quedó comprobado tras el fuerte terremoto de este miércoles, donde miles de personas viajaban en el tren subterráneo.

Algo que vivió Sofía Ilabaca quien en una entrevista al Diario Las Últimas Noticias dijo que a eso de las 19:54 horas solo sintió la clásica vibración que caracteriza al Metro. Y solo tras el llamado de su madre se dio cuenta del fuerte sismo, el que solo logró captar una vez que subió a la superficie.

“No se sintió nada en el vagón, todos conversaban de manera normal, tal cual como se ve a diario” es lo que señaló la joven al medio de comunicación.

Frente estas declaraciones y la de muchos santiaguinos que iban viajando en la misma situación, el experto Jorge Ramírez, Director del Centro de Ingeniería y Mitigación de Catástrofes Naturales de la Universidad de Antofagasta, explicó al medio de noticias el porqué se sintió de manera leve en las estaciones del metro y prácticamente no se percibió dentro de los carros.

“Las ondas son prácticamente más fuertes en la superficie que en la profundidad, algo que se ve reflejado en el mar. Es en medio del Océano que un barco se mueve intensamente, mientras que un submarino se mantiene casi intacto”, afirmó el experto.

Asimismo, Christian Ledezma, Ingeniero geotécnico de la Universidad Católica explica el porqué las estructuras bajo tierra sufren menos daños que aquellas que están en la superficie; indicando que “cuando las ondas sísmicas de grandes intensidades llegan a la superficie, sufren una amplificación. La onda viaja por un material super rígido sin resistencia y de repente se encuentra con el aire, momento en que se produce un efecto látigo que desencadena una mayor intensidad. Como el Metro está bajo tierra, la intensidad de ese efecto es bastante menor a lo que podemos percibir en las calles.

AGENCIA UNO

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Otro factor importante, es aquel que tiene directa relación con el suelo de Santiago, afirmando que “gran parte del tren subterráneo está hecho sobre grava; un suelo denso, rígido y resistente en su totalidad. Hecho que favorece que el movimiento se sienta con una intensidad menor.

Del mismo modo, destaca que “la longitud de onda de los movimientos que se han sentido en nuestro país son grandes y no afectan a estructuras de gran longitud como es el caso del Metro. Acá la manera en que se deforma el suelo no tiene un impacto tan grande en estructuras alargadas, más bien, es el metro el que tras un sismo de esa magnitud se amolda a esa deformación de manera rápida”.

Instancia que le preguntan al experto si debido al movimiento existe el riesgo de que el tren subterráneo se descarrile, y el responde que es un tanto difícil. El sismo tendría que ser muy fuerte para que eso suceda. Apuntando que si llegara a suceder, pasaría solo en parte de la linea 5 que va por sobre la superficie.

En este escenario, ¿es inseguro estar en el metro en un momento como este? A lo que el profesional señala que: “no es para nada inseguro, ya que las estructuras enterradas como es el caso del metro o estacionamientos bajo el nivel de la superficie no sufren mayores daños en situaciones como estas. Son incluso más seguros que la superficie misma”.

Sin embargo, a los minutos del fuerte sismo Metro suspendió sus trayectos durante unos minutos y los trenes permanecieron detenidos para evitar el pánico y posibles evacuaciones por los túneles.