Más allá de ser una actividad que ayuda al estado de la tierra, jardín, plantas y ecosistemas del cual las plantas que están siendo atendidas, jardinear tiene múltiples beneficios para la salud. Durante la pandemia se presenció un boom en la adquisición de plantas. La demanda aumentó y el poseer, cuidar, cultivar y limpiar las plantas, tanto de interior como en terrazas, balcones, cajones y patios, se convirtió en una nueva moda.

Tener verde en el hogar no sólo aporta decoración, sino que también limpia el aire y elimina toxinas. Según un estudio italiano realizado el 2014, publicado en el National Institutes of Health, la exposición a la luz solar recibida mientras se cuida plantas, ayuda a los humanos a adquirir un nivel de vitamina D adecuado. Esta vitamina permite absorber mejor el calcio, lo que beneficia tanto a tus huesos como sistema inmune. Jardinear no es la única forma de adquirirla, cualquier actividad al aire libre sirve, pero no hay que olvidar aplicarse bloqueador solar.

Jardinear no sólo te ayuda físicamente, en 2006 se descubrió que realizar actividades de jardín y plantas podía disminuir el riesgo de demencia en un 36%. El estudio realizado por investigadores incluyó a más de 2.800 personas entre los 16 y 60 años, concluyendo que la actividad física específica de jardinear reduciría los incidentes de demencia en el futuro. Según estudios, como explica la revista Vogue, ayudaría a reducir los niveles de estrés.

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Según un análisis realizado el 2017 y publicado en Preventive Medicine Reports, que se basó en más de 20 casos diferentes, explicó el acto de cultivar plantas ayuda a subir el ánimo; ligando la actividad directamente con aumentos en la calidad de vida y las reducciones del mal humor, estrés y ansiedad. El mismo estudio reveló que hay una correlación directa entre jardinear y la reducción de depresión. Sobre todo durante este año, y sus meses de encierro, mucha gente encontró consuelo junto a sus plantas. Estábamos acostumbrados al verde del exterior, y al vernos privados de él hubo que adaptarse.

Fisicamente hablando, jardinear quema bastantes calorías. Para quienes quieren mantenerse activos, bajar de peso, desarrollar hábitos sanos, esta es una actividad ideal. Se le considera un ejercicio de intensidad moderada. Se estima que se pueden quemar unas 330 calorías haciendo una hora de trabajos de jardín ligeros, según el Centers for Disease Control and Prevention.

Al momento de desarrollar hábitos, esta actividad es perfecta. Según el estudio realizado por la University of Florida Institute of Food and Agricultural Sciences el 2016, jardinear ayuda a las personas a desarrollar hábitos permanentes en su alimentación. Al jardinear, las personas se conectan con la naturaleza y comienzan a entender los procesos que tienen. Como desde una semilla crece una planta, que da flores y luego frutos, que son llevados a sus mesas. La vida cíclica de las plantas ayuda a conectarse con estas. Al sentir esta conexión, según el estudio, tener y cuidar plantas genera que sus dueños consuman más verduras, frutas y vegetales.

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Este fenómeno no sólo se puede observar en los adultos. Jardinear también es una buena influencia para los niños con los que se comparte. Según la American Society for Horticulturas Science realizar esta actividad no sólo puede traer vegetales frescos a tu mesa: el simple hecho de tenerlos, cultivarlos, cuidarlos y consumirlos los hace más “amistosos” con los niños, lo que genera, a largo plazo, que mantengan una dieta sana.

No sólo influye en su alimentación y mantención de hábitos saludables. Al jardinear, tanto niños como adultos, comienzan a comprender los procesos naturales de las plantas, como mencionamos anteriormente. Esto ayuda a los niños a aprender e interesarse en la ciencia. Según el estudio comienzan a desarrollar más curiosidad en el cómo funcionan las cosas.

Además de las plantas mencionadas en los artículos citados anteriormente, una alternativa interesante para tener tanto en jardín como interiores, son las plantas medicinales y hierbas. Según un artículo publicado por la Universidad Técnica de Babahoyo en Ecuador, “el uso terapéutico de plantas medicinales, como sustitutas de las medicinas farmacéuticas, se aplica desde la antigüedad para curar o aliviar las enfermedades. […] tres prácticas de atención a la salud, y 44 enfermedades tratadas con plantas medicinales; las más frecuentes fueron las enfermedades del sistema digestivo y parasitarias (22,5%), inflamaciones en general (18,9%), enfermedades de la piel (11,3%) y las enfermedades respiratorias (8,1%).

Además, 63 especies de plantas con diversas aplicaciones terapéuticas. El 99,4% de la población declaró que el consumo de plantas no produce efectos negativos; sin embargo, en casos de embarazos, alergias, ‘estados etílicos’ y en enfermedades avanzadas limitan su ingesta”.