Nació el 26 de octubre de 1900 en el municipio de Sacaba, departamento boliviano de Cochabamba.
Julia Flores Colque, recién cumplió 118 años de vida. Fue una mujer dedicada a la venta de frutas y verduras en su lugar de nacimiento. En eso se basa la dieta que la tiene con vida aún, permitiéndole ver acontecimientos históricos mundiales que el resto de mortales conocemos por registros audiovisuales o escritos.
Mama Julia, como la conocen sus allegados, nunca se casó, no tuvo hijos, pero sí muchos sobrinos y otra compañía fiel para ella: sus gatos, perros y gallinas con quienes convive a diario.
También gusta de comer pasteles o tortas y tomar refresco, algo que a su edad podría representar un riesgo, pero no parece preocuparse de eso. Lo dulce de la vida lo representan esos que el resto consideran “placeres culpables”.
Al despertar, lo primero que ingiere es un plátano. Usa bastón porque se cayó meses atrás y un médico le dijo que no volvería a caminar. Se encargó de hacerle ver que el diagnóstico fue errado porque lo hace con dificultad, pero se moviliza.
Recientemente, el canal de noticias ATB, realizó un enlace desde su vivienda, mostrando la forma en que toca el charango, pero también la pobreza en la que vive, olvidada por un sistema y en días previos a cumplir sus 118 abriles.
En busca del Guinness Record
La alcaldía de Sacaba ha nombrado a Julia Flores Colque un “patrimonio vivo”.
La prensa boliviana asegura que en 2017 se presentó la primera documentación para que “Mama Julia” sea nombrada “la habitante del mundo más longeva”.
Sin embargo, y dado que la historia de esta mujer ha trascendido más allá de Suramérica, el periódico Daily Mail consignó en una nota dedicada a la anciana boliviana, que Guinness World Records dijo que no recibió ninguna solicitud sobre ella.
A Flores, de hecho, le consultaron sobre su interés hacia esta posibilidad, pero no se mostró entusiasmada. Es más, ni siquiera ha oído hablar de los Guinness Records.
Cuando fue visitada por el canal ATB, la reportera en el lugar, hacía referencia de la viveza de “Mama Julia”. Sin embargo, la longeva mujer prefirió tocar los instrumentos antes que hablar con la prensa. Su dificultad para desempeñarse, es por lógica, directamente proporcional a su edad.
Julia Flores, podría ser registrada como la habitante más longeva del mundo, dado que la persona que ostentaba esta mención, una japonesa de 117 años, murió a principios de este 2018. Nabi Tajima nació el 4 de agosto de 1900. Su fallecimiento aparentemente deja a a Flores Colque como la persona viva más antigua del mundo.
La boliviana nació 40 años antes que existieran los certificados de nacimiento en su país. Para 1900, eran los sacerdotes católicos quienes proporcionaban certificados de bautismo, a falta del otro documento.
La tarjeta de identidad nacional de Julia Flores Colque, sin embargo, ha sido certificada por el gobierno boliviano.
Precarias condiciones de vida
En el enlace de la televisora ATB, todo era felicidad, celebrando la larga vida de una mujer y no es para menos, pero quedó también al descubierto, la pobreza que la ha acompañado por más de 100 años.
Una casa de adobe, polvo por todos lados y un dormitorio estrecho, forman parte de una innegable realidad que fue televisada en Bolivia, en medio de la historia de “Mama Julia”.
No puede movilizarse, más allá de su prolongada edad, debido a la estrechez de su vivienda, que no cuenta con aceras desde el ingreso, hasta el baño de la mujer.
Una empresa privada local se ha hecho cargo de la construcción de un sendero, además de la colocación de un pozo de agua potable, un sistema adecuado de iluminación y el cambio de techo y cerámica en el lugar, pero para eso tuvieron que pasar 118 años
