La que hasta ahora parecía ser un mito de la cultura inglesa podría transformarse en algo verídico, luego que historiadores encontraran escritos que dan fe de la existencia de Juana de Leeds, una monja que fingió su muerte para escapar del convento de la ciudad y tener una vida lujuriosa y llena de sexo.

Según detalla el diario The Guardian, la historia fue descubierta en una nota escrita en latín dentro de los tomos de la época guardados en la biblioteca de Leeds (Reino Unido). Allí se da cuenta de los negocios de los religiosos entre 1304 y 1400.

El texto fue escrito por el arzobispo de York, William Melton, en el año 1318. Allí aludía a una monja llamada Juana de Leeds, la cual había dejado de lado sus votos para tener una vida de perversión y lujuria.

“Con la ayuda de muchos cómplices y malhechores, creó con malicia un maniquí a la semejanza de su cuerpo, con el fin de engañar a los fieles devotos (…) Adviertan a Juana de Leeds, monja de San Clement de York, que debe regresar a su casa”, se leyó en el escrito.

Texto encontrado sobre William Melton | The Guardian
Texto encontrado sobre William Melton | The Guardian

Melton agregó que la mujer fingió su muerte, a través de un maniquí, para luego simular su entierro. Tras eso dejó el convento y comenzó una vida de excesos.

“De una manera astuta e infeliz, dándole la espalda a la decencia y al bien de la religión, la monja pervirtió su camino de forma prepotente y lo cambió por el de la lujuria carnal, lejos de la pobreza y la obediencia, sus principales votos”, expresó en la oportunidad.

A eso agregó: “Ahora deambula fuera a pesar del peligro que supone para su alma y del escándalo que existe en toda la orden”.

Sarah Rees Jones, investigadora a cargo del proyecto, indicó a The Times que nunca han encontrado evidencia sobre si los religiosos de York lograron encontrar a Juana de Leeds y devolverla al convento.

Vista del convento de York | The TImes
Vista del convento de York | The TImes

“Desafortunadamente, y aunque es muy frustrante, no sabemos qué pudo suceder con ella. Hay bastantes casos de monjes y monjas que abandonaron su monasterio y de los que no sabemos nada”, indicó.

Por lo pronto, se estima que la monja fue amante de varios hombres en la localidad de Beverley, a 100 kilómetros de York, aunque nunca se supo si dejó descendencia.

Por su parte, William Melton fue arzobispo de aquella ciudad hasta el año 1340.