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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

En el 2000, Maire viajaba en tren de Inglaterra a Edimburgo cuando conoció a Andy Bain, un joven inglés criado en Escocia, con quien estableció una profunda amistad que se convirtió en romance. A pesar de vivir en ciudades diferentes, su conexión creció, y Andy le propuso matrimonio con el anillo de su abuela.

En 2000, Maire viajaba en tren desde Inglaterra a Edimburgo cuando estableció una amistad con un joven. Ambos rieron y compartieron anécdotas sobre sus vidas, con el afán de hacerse compañía en un viaje de seis horas.

La mujer que estaba acompañada, recuerda que vio la necesidad de fumar, por lo que dejó a su entonces novio durmiendo en el vagón, mientras buscaba qué hacer en el viaje rumbo a tierras escocesas.

Así pues, a través de un encuentro casual, Maire Clifford, quien es neozelandesa, conoció a Andy Bain de 27 años, un inglés criado en Escocia.

Tanto Maire como Andy, continuaron en contacto, pues entre ellos nació una profunda amistad que evolucionó a un romance, detallaron en conversación con CNN Travel.

Un encuentro casual en el vagón de fumadores

En ese entonces, Marie se consideraba una fumadora social, lo que le permitía conocer personas de distintos ámbitos.

Pero un encuentro casual, lo cambió todo para ella, en ese viaje que iba a durar muchas horas. “Pensé: ‘Bueno, esto va a ser muy aburrido"”, recordó Maire. “Así que me dirigí al vagón de fumadores”.

En ese momento, se encontraba Andy, a quien le pidió un encendedor. “Y entonces, de alguna manera, me senté y empezamos a hablar”, rememoró Maire. “Y recuerdo que me impresionó lo fácil que fue, como si hubiera una verdadera sensación de familiaridad”.

Por otra parte, Andy, quien había viajado al Macizo de Ngorongoro en Tanzania, se encontraba reflexionando sobre su propia vida. Así lo detalló a CNN, “No había tenido una gran relación antes de Maire, y supongo que ninguna”, reflexionó.

Andy y Maire recién casados

En medio de este paisaje, con cebras bebiendo agua desde una cascada, Maire quedó conmovida con la descripción de quien hasta el día de hoy suele apreciar estos momentos. “Creo que se necesita un tipo de persona especial para ser capaz de percibir esos momentos especiales cuando ocurren”, expresó Maire.

A su vez, Marie compartió anécdotas de su infancia, hasta que el viaje llegó a su destino. Sin embargo, ambos coincidieron en intercambiar correos electrónicos.

Mientras tanto, Maire siguió con su novio para conocer Escocia. No obstante, ella mantenía en su mente a Andy. “Cuando bajé del tren… y durante todo ese fin de semana en Edimburgo, aunque estaba con esa otra persona, seguía pensando: ‘Espero volver a encontrarme con ese tipo, Andy’”, reconoció Maire.

Nace el amor entre dos amigos

Después cada uno hizo su vida, pero siempre pensando en el otro, Maire vivía en Londres y Andy en Edimburgo. Hasta ese momento, solo eran buenos amigos, pero paulatinamente se empezaron a dar cuenta que ambos tenían una profunda conexión.

Al respecto, para su cumpleaños, Maire recibió de regalo el libro ‘Donde viven los monstruos’, mencionó Maire a CNN Travel. “Resultó ser, aunque él no lo supiera, mi libro favorito de la infancia. Y al abrirlo, y como hacía décadas que no veía la portada, me conmovió profundamente. Me sentí muy comprendida al ver que eligiera un regalo tan genial para mí”, expresó la neozelandesa, sobre lo que sintió por su amigo.

Así las cosas, los amigos aprovechaban cada instancia para viajar y poder verse, aunque sea solo por algunas horas. Como la vez que Andy viajó a la capital de Inglaterra por motivos laborales y decidieron encontrarse.

De hecho, en aquella ocasión se emborracharon como amigos, puesto que la confianza era tal, que ella se quedó a alojar en el hotel de Andy. “Realmente sentí que en ese momento me demostró que es un hombre íntegro, un hombre con el que podía estar segura, y que era quien yo creía que era”, recordó Maire a CNN.

Después de vivir una noche “fantástica”, en palabras de Maire, ambos nuevamente coordinaron juntarse cuando ella estuviera de nuevo en Edimburgo para celebrar el año nuevo.

De esta manera, los amigos compartieron una alegre conversación en el departamento de Andy, quien le confesó a Maire que estaba enamorado. “Esa primera noche, nos sentamos en el sofá y hablamos durante ocho horas”, recordó Maire. “A mitad de la conversación, me dijo: ‘¿Crees en las almas gemelas? Porque creo que eres la mía’”.

“Y luego, al tercer día, estábamos sentados allí, hablando, y él se acercó y puso su mano sobre mi rodilla y dijo: ‘Realmente te amo’”, detalló Maire. Y yo le dije: “Yo también te amo de verdad”.

“Nos besamos por primera vez”

Si bien al principio formaron una amistad, después de convivir por unos días la atracción se hizo irresistible y ambos declararon su amor. “Nos besamos por primera vez”, dijo Andy. “No fue un desastre, ni nada de eso. Éramos compatibles como novios, y también como amigos”.

Así que ellos mantuvieron su amor a distancia entre Londres y Edimburgo. Hasta que formalizaron su relación. En ese caso, fue Andy quien le pidió matrimonio a Maire con un antiguo anillo que perteneció a su abuela. “Cuando nací, mi abuelo le compró a mi abuela un anillo, porque yo era su primer nieto: un anillo de oro que ella usaba. Y cuando ella falleció, lo heredé yo, y lo llevaba en una cadena alrededor de mi cuello”, afirmó Andy.

Luego, esa noche del compromiso, Maire soñó con los abuelos de Andy, quienes le decían: “Bienvenida a la familia”.

Andy y Maire en la actualidad

Esta situación fue bastante significativa, pues era la frase que dijo el abuelo a la madre de Andy cuando sus padres formalizaron su relación.

“Mi madre se puso pálida como un papel”, mencionó Andy. “Y nos quedamos como: ‘¿Qué? ¿Qué?’. Y ella dijo que cuando mi padre la llevó a Edimburgo para conocer a su familia —y mi abuelo era un escocés muy fiel—, se levantó de la silla y le dijo: ‘Bienvenida a la familia’. Esas mismas palabras”.

Actualmente, después de 22 años de casados, el matrimonio vive en Nueva Zelanda, con sus dos hijas adolescentes.

Cuando Maire reflexiona sobre Andy, la neozelandesa cuenta que se siente “agradecida” por vivir tantos años junto a ese joven que conoció por casualidad en un viaje en tren.

“Hemos aprendido tanto en nuestro matrimonio como individualmente, y nos hemos apoyado mutuamente en nuestro crecimiento personal, y eso también proviene de nuestra amistad… Nuestro amor se ha fortalecido muchísimo con el paso de las décadas”, cerró Maire.