Tras la muerte de su hija, la mujer acusa a su exyerno como el responsable de su deceso, esto, pues le habría administrado anabólicos. En venganza, la mujer entró al gimnasio donde trabaja e intentó matarlo con 11 disparos, sin embargo, solo dos llegaron a su brazo izquierdo, provocándole heridas menores.

Una mujer de 65 años llegó hasta el gimnasio donde trabaja su exyerno en Argentina, lugar donde perpetró 11 disparos con la intención de matarlo en venganza de la muerte de su hija. La madre acusa al sujeto de haberle suministrado anabólicos a la joven, lo que le habría causado la muerte.

La tarde en el gimnasio Rhino White Fitness en Rafael Calzada, Argentina, se desarrollaba de manera normal hasta que Sara Beatriz Garay, de 65 años, se acercó a Jorge Daniel Blanco, su exyerno, y le disparó once balazos.

Cuatro impactaron con el cuerpo el hombre de 32 años y exnovio de Natalia, hija de la agresora, aunque sin riesgo de vida, según consignó Perfil.

Los otros siete, milagrosamente, no hirieron a ninguno de los presentes. Las cámaras de seguridad del local captaron el momento exacto del hecho y, rápidamente, se viralizaron.

La música tecno intentaba tapar las exhalaciones exageradas, el ruido de las pesas y el murmullo cotidiano dentro del gimnasio Rhino White Fitness, ubicado entre las Granville y Cordero, en Rafael Calzada. Cuando minutos después de las 19:00 horas, un horario “pico” para aquellas personas que salen del trabajo e intentan despojarse del sedentarismo con la actividad física, se vivió un momento de miedo y tensión.

Sara Beatriz Garay ingresó camuflada al gimnasio con un polerón blanco, una gorra y una especie de bufanda que le tapaba parte de la cara. La mujer argentina caminó entre las máquinas hasta que encontró a quien fue a buscar, su exyerno, Jorge Daniel Blanco.

El hombre de 32 años, que había tenido una relación sentimental con Natalia, la hija de Sara, estaba hablando con una mujer cuando nota que alguien le apunta con un arma. La exsuegra aprieta el gatillo tantas veces como pudo hasta que lo perdió de vista. Fueron once disparos: cuatro impactaron contra Jorge Blanco y otros seis dieron contra distintos lugares sin herir a nadie.

En medio de los tiros, Jorge Blanco logró correr entre las máquinas de musculación y esconderse en el baño, como muchas de las personas que estaban en el lugar. Inmediatamente, la mujer se fugó del gimnasio.

Jorge Blanco sufrió un impacto de bala en el brazo izquierdo y algunas heridas por el roce de las balas en las piernas. Blanco fue trasladado al hospital Favaloro, pero se encuentra fuera de peligro. “Se encuentra estable y sin riesgo de vida”, dijeron fuentes del hospital.

Según trascendió entre los testigos, la relación entre el entrenador y Natalia no fue el motivo por el que Sara Garay intentó matarlo. La mujer de 65 años, aparentemente, le atribuye la muerte de su hija por el consumo de supuestos anabólicos suministrados por Blanco. Sin embargo, desde el entorno familiar del entrenador, afirmaron que la joven falleció como consecuencia del cáncer.

La Unidad Fiscal N°9, encabezada por la Dra. Palin, está investigando el caso en conjunto con la Comisaría Este 1a. de La Matanza. El hecho se clasificó como “Tentativa de homicidio” con “abuso de arma de fuego y lesiones”. En las próximas horas se realizarán los peritajes pertinentes para esclarecer los motivos. Según trascendió, Sara le habría sacado el arma a su otra hija, quien es policía.