Manifestar el comprar un auto o decretar triunfar en tu carrera parece ser una tendencia que crece y suma adeptos, pero que según profesionales de la salud mental puede gatillar comportamientos tóxicos.

Son cientos, si no miles, los videos en TikTok e Instagram hablando sobre cómo llevar una vida de “chica afortunada” donde las afirmaciones y manifestaciones deben estar a la orden del día, recientemente la tendencia ha identificado a este comportamiento como un “síndrome”, pues en ocasiones puede tener cierto nivel de toxicidad.

Toda “chica afortunada” debe seguir reglas como decir en voz alta: “Soy una chica afortunada, todas las cosas vienen a mí, fluyen hacia mí, se mueven hasta mí, todo funciona para mí, tengo todo bajo control”. Sin embargo, existen otros métodos de manifestación que pueden ser más complicados y desgastantes.

Tales como llevar un diario inspirado en el “Manifestación 3,6,9”, el que consiste en escribir un deseo tres veces por la mañana, otras seis a mitad del día y nueve antes de dormir. Otro método es el 55×5, donde la afirmación debe escribirse cincuenta y cinco veces en el día durante cinco días.

Sin embargo, lo importante es dejar constancia de que se están manifestando estas situaciones y cosas, por lo que escribir un tweet o hacer una publicación en redes sociales, también puede funcionar, según recoge El País.

En cuanto a las afirmaciones se pueden usar los mismos métodos, pero con la única regla de que se escriban en tiempo presente, como si ya se hubiese logrado el objetivo.

De acuerdo a quienes predican la práctica, esta rendiría resultado, pues trabaja con las “reglas de la atracción”. No obstante, varios especialistas en salud mental han afirmado que el comportamiento puede tornarse tóxico.

@elenaaescobar

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Manifestar y afirmar: un comportamiento tóxico

El comprobar que este método para conseguir buena suerte sirve es bastante complejo, hasta imposible, lo que que sí es cierto es que, de acuerdo a varios especialistas de salud mental, puede conllevar a comportamientos poco sanos.

Una de las respuestas médicas detrás del síndrome de “la chica afortunada” es la pronoia, el opuesto de la paranoia. Este consiste en que la persona cree que existe una conspiración enfocada en uno mismo, donde los demás o sí mismo busca lograr el éxito del individuo.

Quien tiene pronoia cree que todos buscan ayudarlo a salir adelante, a cambiar los resultados para darles el éxito si es necesario e incluso que todos desean su buena suerte de manera natural.

Lo adverso detrás de esta “esperanza” es que la persona no toma en cuenta las posibles situaciones negativas u obstáculos que se atraviesen para lograr el objetivo. Sobre esto, Jennifer Cornejo, psicóloga de la Clínica Santa María, afirma: “Es inútil sin una valoración realista de las situaciones. El pensamiento positivo por sí solo no es la causa de las cosas que queremos“, consigna La Tercera.

Sin embargo, esto no es todo, pues “las chicas afortunadas” suelen pensar que tienen todo bajo control -lo que no es real- y por ende, cuando algo falla, también sienten que es su culpa.

“Se ha visto la frustración que causa el desear infinitamente algo que no ocurre, porque ‘no lo deseé lo suficiente’ o ‘no lo decreté con tanta fuerza’, entonces las personas pasan a sentirse culpables de situaciones que no podrían haber cambiado por mucho que lo desearan“, suma Cornejo.