Como un logro histórico fue clasificado el mapa cerebral creado por científicos británicos y estadounidenses a partir de una mosca de la fruta.

12 años mapeando una neurona por día bastaron para llegar al gran hallazgo médico que congrega a la ciencia luego de completar finalmente el mapa cerebral a partir de una mosca de la fruta.

Según informó la DW este mapeo de un insecto es todo un hito para la neurociencia, pues acerca a los expertos a una comprensión real y certera de la forma de pensar, así mismo ayudaría en las investigaciones futuras sobre este órgano.

Se trata del mayor conectoma cerebral completo (diagrama de las conexiones neuronales) descrito hasta la fecha publicado en la revista Science.

Detrás de esta laboriosa investigación, que duró 12 años, está un equipo de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) y de Cambridge (Reino Unido).

“Si queremos entender quiénes somos y cómo pensamos, parte de ello consiste en comprender el mecanismo del pensamiento”, afirma Joshua T. Vogelstein, de la Johns Hopkins, para quien la clave está en saber cómo se conectan las neuronas entre sí.

El primer intento de cartografiar un cerebro –un estudio de 14 años sobre el gusano redondo iniciado en la década de 1970- dio como resultado un mapa parcial y un nobel.

Desde entonces, se han cartografiado conectomas parciales en muchos sistemas, como moscas, ratones e incluso seres humanos, pero estas reconstrucciones suelen representar solo una pequeña fracción del cerebro total, explica la Johns Hopkins.

Únicamente se han generado mapas cerebrales de varias especies pequeñas con unos pocos cientos o miles de neuronas: de gusano redondo, larva de ascidias y larva de anélido marino.

“Esto significa que la neurociencia ha funcionado en su mayor parte sin mapas de circuitos”, resume Marta Zlatic, de la universidad británica. “Sin conocer la estructura de un cerebro, estamos adivinando cómo se implementan los cálculos, pero ahora podemos empezar a comprender de forma mecánica cómo funciona el cerebro“, explica.

Más de una década de estudios

La tecnología actual -añade- aún no es lo bastante avanzada para cartografiar el mapa cerebral de animales superiores como los grandes mamíferos.

Sin embargo, “todos los cerebros son similares -son redes de neuronas interconectadas- y todos los cerebros de todas las especies tienen que realizar muchos comportamientos complejos: procesar información sensorial, aprender, seleccionar acciones, navegar por su entorno, elegir comida, reconocer a sus congéneres o escapar de depredadores”.

El conectoma de la cría de mosca del vinagre, “Drosophila melanogaster”, es el mapa cerebral más completo y extenso de un insecto. Incluye 3.016 neuronas y todas las conexiones entre ellas: 548.000.

Para obtener una imagen completa a nivel celular de un cerebro es necesario dividirlo en cientos o miles de muestras de tejido individuales, todas las cuales tienen que ser analizadas con microscopios electrónicos antes del laborioso proceso de reconstruir las piezas, neurona por neurona, en un retrato completo y preciso de un cerebro.

El equipo eligió a propósito la larva de mosca del vinagre (o la fruta) porque, para ser un insecto, la especie comparte gran parte de su biología fundamental con los humanos, incluida una base genética comparable.

El trabajo duró 12 años; solo en la obtención de imágenes tardaron aproximadamente un día por neurona.