Proteger a la ciudadanía no es solo una obligación constitucional: es, ante todo, un imperativo ético. Quienes tenemos la responsabilidad de diseñar e implementar políticas públicas debemos actuar con decisión para mejorar la calidad de vida de las personas.

Desde la Subsecretaría de Prevención del Delito, entendemos que proteger implica también innovar. Por eso, hoy impulsamos con fuerza la Red de Innovación para Más Seguridad: una plataforma que articula soluciones tecnológicas y sociales con impacto real en la prevención del delito.

Esta red nace con un objetivo claro: que las buenas ideas —surgidas muchas veces desde los propios territorios— puedan compartirse, fortalecerse e implementarse con éxito en otras comunas. En un país donde la seguridad es la principal preocupación de sus ciudadanos y una sentida demanda, conectar a los actores locales con herramientas eficaces no es trivial, es una necesidad urgente.

Buenas ideas como los Patrullajes Preventivos Inteligentes (PPI), iniciativa que utiliza inteligencia artificial para anticipar situaciones de riesgo y definir hotspots en los recorridos de patrulleros municipales para hacer más eficiente el despliegue de seguridad, ya tiene resultados. En las comunas donde se ha implementado como piloto, hemos logrado reducir delitos e incivilidades entre un 4% y un 8%.

La innovación en seguridad tiene resultados

Casos de éxito como el visor de datos estratégicos de Maipú que permite contar con reportes semanales que consolidan la información del comportamiento delictual; los candados inteligentes en barrios comerciales de Puente Alto o el Programa “Nuevo Comienzo” sobre reinserción social para personas privadas de libertad de Pudahuel demuestran que la innovación no es abstracta: tiene resultados concretos.

Especialmente significativo es el avance en iniciativas con perspectiva de género. En Valdivia, los postes inteligentes diseñan rutas seguras para mujeres y personas LGBTIQ+. En comunas como Renca y Lo Prado, el patrullaje especializado para violencia intrafamiliar incorpora dispositivos S.O.S. que levantan alertas a las centrales de emergencia comunales, y en Los Ángeles, las marchas exploratorias permiten levantar información sobre factores de riesgo presentes en los territorios, considerando aquellos vinculados directamente a la violencia de género.

Los avances son concretos y valiosos, pero el camino es continuo. Para consolidar estos logros, necesitamos fortalecer la colaboración entre el gobierno central, los municipios, las comunidades y el sector privado. La seguridad no puede seguir fragmentada.

Debemos avanzar hacia una integración efectiva de sistemas tecnológicos, mejorar la gestión del volumen de datos disponibles, y asegurar la sostenibilidad de las iniciativas en el largo plazo.

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Ideas que protegen

La ciudadanía espera respuestas y soluciones duraderas. La participación activa de la comunidad y la confianza en las instituciones son claves para lograrlo. Por eso, desde la Subsecretaría seguiremos impulsando con decisión la innovación, las nuevas tecnologías y la colaboración de todos los sectores.

En seguridad, lo local importa.

Ahí donde la seguridad más impacta en la vida cotidiana es donde surgen las ideas más valiosas. Ideas que protegen. Y es nuestro deber —como Estado— asegurarnos de que esas ideas se escuchen, se repliquen y se transformen en acciones que devuelvan la tranquilidad a nuestras comunidades.