La seguridad es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía y una de las prioridades del gobierno. Las personas quieren vivir sin miedo, con tranquilidad, sabiendo que el Estado tiene las capacidades para prevenir, reaccionar y proteger.
No basta con más patrullas o más funcionarios; también se necesita tecnología, inteligencia y coordinación. Por eso, en solo dos semanas el Gobierno integró más de 1.800 cámaras a la Central de Comunicaciones de Carabineros (CENCO) y a la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT), en el marco del Sistema Integrado de Teleprotección con Inteligencia Artificial (SITIA), anunciado por el Presidente Gabriel Boric en la Cuenta Pública de 2023.
SITIA nace con una visión clara: integrar soluciones tecnológicas avanzadas y datos relevantes, en tiempo real, para enfrentar los desafíos de seguridad pública de manera integral, eficiente y adaptada a cada territorio. Esta plataforma no solo permite una vigilancia más moderna, sino que articula a municipios, instituciones del Estado y el sector privado en una estrategia común.
Este hito se vincula directamente con la entrada en funcionamiento del Ministerio de Seguridad Pública, desde el 1 de abril de 2025. Esta nueva institucionalidad tiene entre sus principales misiones precisamente eso: hacer converger actores, alinear políticas, aunar esfuerzos y fortalecer las capacidades del Estado para entregar mejores resultados. SITIA representa, en la práctica, el tipo de coordinación que hoy se necesita para enfrentar de manera efectiva los desafíos en materia de seguridad.
SITIA: No son solo más cámaras, es interoperabilidad de datos
Durante los últimos años, los municipios hicieron un gran esfuerzo por aumentar su dotación de cámaras. En 2021, Chile contaba con 6.641 cámaras de televigilancia municipales.
Hoy, en 2024, superamos las 21.000. Sin embargo, ese crecimiento cuantitativo debía dar paso a un avance cualitativo. Ya no basta con tener más cámaras: lo importante es conectarlas, hacerlas dialogar y transformarlas en herramientas efectivas para la prevención del delito.
En abril avanzaremos en la integración de 2.000 cámaras a CENCO. Ya hemos sumado 1.500 provenientes de once municipios de la Región Metropolitana y 300 de la UOCT. Esto permite que Carabineros tenga acceso, en tiempo real, a zonas donde antes no tenía visibilidad, ampliando significativamente su capacidad de supervisión, respuesta y acción táctica.
Este salto tecnológico fortalece directamente las capacidades institucionales de Carabineros, permitiéndoles actuar con mayor inteligencia operativa. Pero también fortalece al Estado, al dotarlo de herramientas modernas, interoperables y eficaces para combatir el crimen organizado y resguardar la seguridad ciudadana.
Respuestas más rápidas, coordinación más efectiva y más condenas
La integración de estas cámaras tiene efectos prácticos inmediatos. Permite dar seguimiento a hechos que se desplazan por la ciudad, como funerales de alto riesgo vinculados al narcotráfico, una persecución policial, movilizaciones sociales o traslados de barristas. Tener información visual en tiempo real desde diferentes puntos permite tomar mejores decisiones y asignar recursos de forma más estratégica.
Además, esta plataforma de integración no solo incorpora tecnología: representa una nueva forma de trabajar en seguridad. Municipios de todos los sectores políticos están trabajando de manera articulada con el gobierno central en un objetivo común. También prontamente se sumarán actores privados, los cuales aportarán con sus propios sistemas de vigilancia al esfuerzo conjunto.
Medidas como estas son parte de la estrategia del Gobierno para que chilenos y chilenas se sientan más seguros y vuelvan a hacer uso de los espacios públicos que han sido tomados por la delincuencia.
No solo por la posibilidad de que más puntos críticos puedan ser analizados en tiempo real por las policías, sino también porque estas imágenes son información valiosa para que tanto Ministerio Público como el sistema judicial puedan lograr condenas más duras a quienes cometen delitos de máxima gravedad.
En muchas ocasiones, las investigaciones no logran acreditar que un auto abandonado en una desarmaduría ilegal ha tenido vinculación directa con delitos más graves que la sola receptación de vehículos con encargo por robo: robo con violencia, secuestro o incluso homicidio. La posibilidad de contar con información objetiva de una trayectoria delictual permitirá a las instituciones una persecución penal más efectiva, con cárcel efectiva y penas más altas.
Un modelo de colaboración pública y privada
Desde la Subsecretaría de Prevención del Delito creemos firmemente en que las políticas públicas deben construirse con base en evidencia. La experiencia, los datos y la evaluación deben ser el motor de nuestras decisiones. Y la evidencia es clara: la tecnología, bien aplicada y coordinada, salva vidas, disuade delitos y mejora la convivencia en los territorios.
El avance que estamos impulsando con SITIA no es solo técnico. Es político, social e institucional. Representa una apuesta por un Estado más presente, más capaz y más coordinado. Una seguridad pública que protege sin discriminación y que pone en el centro el bienestar de las personas.
Cuando el Estado se fortalece, también se fortalece la democracia. Y la seguridad, hoy más que nunca, es parte esencial de ese compromiso.