En aproximadamente 30 días más se deberá realizar la primera junta de acreedores de la Universidad Iberoamericana, luego que la justicia civil decidiera declarar la liquidación forzosa del plantel en cierre.

Así lo resolvió el 19° Juzgado Civil de Santiago, tras la presentación que hizo un grupo de extrabajadores de la Universidad Iberoamericana, quienes luego de autodespedirse, iniciaron una causa de liquidación forzosa o quiebra, la cual fue acogida por el tribunal.

De esta forma, los 104 trabajadores de la Universidad Iberoamericana -muchos de los cuales aún no reciben sus sueldos ni el pago de sus cotizaciones hace más de un año- serán notificados de su despidos y pasarán a conformar la lista de acreedores que tiene el plantel en proceso de cierre.

Los trabajadores indicaron que pedirán al Ministerio de Educación y al administrador de cierre, Jorge Rojas, que no se declare como bienes esenciales los inmuebles de la universidad para que puedan ser vendidos y así obtener recursos para que les paguen lo que se les adeuda.

Jeannette Pizarro, estudiante de Derecho y funcionaria del plantel, sostuvo que no existe ningún ánimo de los trabajadores para que el edificio de rectoría sea declarado esencial. Además sostuvo que en el convenio que firmó la Universidad Iberoamericana con la Universidad de Santiago, el Mineduc garantizó recursos para que se arriende una sede y se reinicien ahí las clases.

Pese al llamado de los trabajadores de la Universidad Iberoamericana, fuentes del Mineduc sostuvieron que el objetivo es declarar bienes esenciales los inmuebles que posee el plantel y para lo cual se buscará reemplazar al liquidador, Cristian Herrera, propuesto por los mismos demandantes, de manera que no se ejecute la venta de los edificios, con lo cual, los funcionarios del plantel deberán seguir esperando por sus pagos.

Sin embargo, otras fuentes contactadas por La Radio, advirtieron sobre el rol que podría jugar en este proceso de quiebra la Inmobiliaria Azul, cuya propietaria es Gladys Cárdenas, responsable además de la crisis económica que llevó al cierre del plantel, del cual también es dueña.

La jugada, según las mismas fuentes, sería que la Inmobiliaria Azul, en su calidad de máximo acreedor, pida el cambio del liquidador de manera que se puedan declarar como bienes esenciales los edificios y continuar ahí las clases, ya que Cárdenas accedió a la petición del Ministerio de Educación y entregó en comodato la mitad del inmueble de rectoría. De concretarse esto, el objetivo final sería que la dueña de la Universidad Iberoamericana, una vez que termine el cierre del plantel, puedan tener la primera opción para comprar el resto de los edificios.

Escenario que se torna aún más incierto, si se toma en cuenta que el actual administrador de cierre, Jorge Rojas, fue cercano a Gladys Cárdenas en su calidad de vicepresidente de la Junta Directiva de la Universidad Iberoamericana, y por lo cual, su designación fue calificada como inmoral por parte de estudiantes y parlamentarios.

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