Tras la polémica que protagonizó con el Gobierno esta semana por el ataque en Tirúa en que murieron dos jóvenes, el gobernador regional del Bío Bío, Rodrigo Díaz, insistió en que se trata de hechos terroristas. Mientras, en la provincia de Arauco, diferentes actores de la ciudadanía coinciden en que se perdió el control de la violencia.

Diaz respondió a las críticas que ha recibido por el duro emplazamiento que hizo al ministro del Interior y al Gobierno en general, luego que el jueves una menor de 16 años muriera baleada y otro joven cuyos restos están siendo identificados, perdieran la vida calcinado en un confuso hecho en Tirúa.

El gobernador regional insistió que, en su visión, este tipo de actos, donde hay personas que son asesinadas, sin importar cuales son las razones, son hechos que generan terror en las personas.

“Lo que falta es Estado de Derecho, lo que falta es que las personas puedan ir y venir de sus casas, de sus trabajos”, señaló.

En la zona de conflicto de la provincia de Arauco, Solange Etchepare, directora Ejecutiva de la Fundación Víctimas del Terrorismo, apuntó al abandono en que el Estado ha sumido a los habitantes de Arauco y La Araucanía.

“Esa falta de diligencia ha provocado el ambiente propicio para que hayan atentados terroristas, incendios, narcotráfico, robo de madera y una serie de delitos que están tipificados referentes a todas las personas que han tenido atentados en esta zona, que son más de 200 familias, sin contar todos los que son trabajadores del rubro forestal”, manifestó.

Ante los hechos de violencia creciente en la zona, el alcalde de Lebu, Cristián Peña, y presidente de Arauco 7, que es la Asociación de Municipios de la provincia, declaró que una organización delictual se instaló y se ha visto fortalecida.

A su vez, opinó que el fracaso es rotundo por parte del Gobierno, cuando existe una escalada de delitos, atentados y pérdidas humanas que causan dolor e impotencia.

“Se ha sembrado el terror en el territorio de Arauco. El Gobierno y las instituciones del Estado ya perdieron el control del territorio y es un hecho que no ha habido la capacidad para asegurar la seguridad”, enfatizó.

De acuerdo al barómetro de conflictos de connotación indígena, elaborado por la multigremial de La Araucanía, desde enero del 2020 y durante este año, 11 personas perdieron la vida en la llamada zona de conflicto, las que aumentaron a 13 con el episodio de esta semana. Sólo en dos causas hay personas detenidas e imputadas por su presunta participación.