Una grave denuncia enfrenta un empresario del Bío Bío, luego de ser descubierto intentando vender carne de vacuno adulterada a China. El hecho podría haber tensionado las relaciones comerciales con el gigante asiático.

Se trata de la empresa Agrícola Los Varones, ubicada a 25 kilómetros al nororiente de Los Ángeles, propiedad de Germán Robles Villablanca y su hijo, Germán Robles Guzmán.

De acuerdo a los antecedentes, la empresa cambió los dispositivos de identificación de sus animales, para hacerlos parecer con menor edad de la que realmente tenía, según dio a conocer un reportaje de Mega.

Si bien en el Sistema de Información Pecuaria del SAG el ganado figuraba con menos de 12 meses, al revisar su dentadura en los frigoríficos faenadores, se confirmaron edades muy superiores a la información entregada originalmente.

La situación ya fue informada por el SAG a la Administración General de Aduanas de China, como una forma de transparentar lo sucedido.

El hecho causó preocupación en los ganaderos locales, puesto que el país asiático es uno de los mercados más importantes para la exportación de carne bovina.

China resguarda celosamente que el ingreso de productos cumpla con altos estándares de calidad, y el no respetarlos, puede significar sencillamente dejar de recibir productos de ese país, según explicó Carlos González, presidente de Fedecarne.

En otras palabras, de no haber sido detenido a tiempo, el envío podría haberse convertido en el último cargamento recibido por el país asiático.

Mientras tanto, la investigación se continúa desarrollando y de iniciarse un proceso sancionatorio, la empresa arriesga una multa de 5 millones de pesos.

Por lo pronto, se ordenó paralizar el envío de carne procedente de la empresa involucrada, así como también mover el ganado.

El historial de polémicas

No es la primera polémica que enfrenta Agrícola Los Varones, debido a que suma 11 once actas de denuncia y citación en el SAG por problemas con sus ganados.

Así también, en agosto del año pasado Los Varones fue denunciada por la contaminación del estero Curanadú.

En esa ocasión la Superintendencia de Medio Ambiente en Bío Bío comprobó los incumplimientos de la planta agrícola, que vertía purines, es decir, desechos de animales, en cercanías del curso de agua.

Y según informó la SMA en esa oportunidad, la empresa no cuenta con la Resolución de Calificación Ambiental necesaria para su funcionamiento.