El director general de la Policía de Investigaciones Héctor Espinoza, en su paso por la capital de Bío Bío, llegó hasta el memorial del prefecto inspector Héctor Sarmiento, quien murió tras ser atacado por las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL) en 15 de marzo de 1991. Sarmiento es el oficial de la PDI de más alto rango que ha sido asesinado.
En ese entonces Héctor Sarmiento Hidalgo era el jefe de la Quinta Zona Policial del País y la quinta antigüedad de la PDI. Según la institución, su muerte se produjo como represalia, luego que un año antes muriera a manos de la PDI el lautarista Marco Ariel Antonioletti.
Así, todo se remonta al 14 de noviembre de 1990, cuando Antonioletti se encontraba preso, acusado de delitos de carácter terroristas, por lo que fue llevado al Hospital Sótero del Río a un control oftalmológico. En ese momento, cerca de 15 personas fueron en su rescate, lo que terminó con un enfrentamiento a disparos.
Cuatro gendarmes y un carabinero murieron en el hecho.
La Policía de Investigaciones ubicó al día siguiente a Antonioletti, instante en que se produjo otro enfrentamiento, que terminó con la muerte del lautarista.
Según señala la institución, tras este hecho, las FRPL planificaron su “venganza”, por lo que habrían ubicado a un oficial de alto rango al interior de la PDI, quien sería de un nivel semejante al de Antonioletti. Esta persona resultó ser el prefecto inspector Héctor Sarmiento.
La institución agrega que durante el ataque, también terminó lesionado su chofer, sin embargo, este se logró recuperar.
Fuerza de tareas integrada
Tras la muerte del inspector, se organizó una fuerza de tareas integrada por la Brigada de Homicidios, la BIP y la Brisexme de Concepción, la que tras varios meses logró dar con todas las personas que habrían estado implicadas en el crimen.
Estas personas estaban en el sector de Higueras, en Talcahuano, y habrían sido, según la PDI, el grupo “de élite”. En 2005, fueron indultados.
El mismo equipo que trabajó para dar con estas personas, posteriormente fueron trasladadas a Santiago y se convirtió en la BIOC, con el fin de investigar la muerte del senador Jaime Guzmán.
Según señaló el director general de la institución, Héctor Espinoza, el crimen del prefecto ocurrió sólo porque era integrante de alto mando en la PDI.
