Diputados que representan a las regiones más afectadas por la escasez hídrica advierten al Ejecutivo que el conflicto es de carácter estructural, y requiere políticas a largo plazo, más que medidas de emergencia.

Los expertos coinciden en que la sequía se ha agudizado debido a factores climáticos, pero la causa basal radica en la falta de una institucionalidad coherente para gestionar los recursos hídricos.

El jueves pasado, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, decretó zona de emergencia agrícola en la región de Valparaíso, debido a la escasez hídrica derivada, principalmente, a un déficit de precipitaciones sostenido en la zona central del país en la última década.

La medida permite liberar recursos fiscales para mitigar el impacto de la sequía en los sectores agrícolas, y se suma al decreto de escasez hídrica ordenado por el Ministerio de Obras Públicas, que está vigente para toda la región de Coquimbo, con el fin de entregar a las autoridades facultades extraordinarias para la distribución del recurso.

El diputado socialista por la región de Valparaíso, Marcelo Díaz, lamentó la demora del Gobierno para tomar medidas concretas frente a la crisis, y aseguró que la solución debe tener un carácter estructural, y no temporal, adelantando que el problema “probablemente va a cambiar de forma definitiva la naturaleza hídrica de la región”.

En la misma línea, el ex Intendente y diputado UDI por la región de Coquimbo, Juan Manuel Fuenzalida, planteó como alternativa la creación de una nueva institucionalidad encargada de gestionar la distribución eficiente del agua.

Pidió una política de largo plazo y la creación de “una subsecretaría del Agua que pueda incorporar a todos los entes administrativos de manera que exista una estructura jurídica relacionada exclusivamente con el agua”.

El director ejecutivo de la Fundación Newenko, Andrés Gutiérrez, explicó que la causa basal de la escasez es el sistema de gestión del agua centrado en la demanda de derechos de aprovechamiento, sin considerar su disponibilidad, y desplazando funciones como el consumo humano y el uso ecosistémico.

Según cifras de la Dirección Meteorológica de Chile, este año, las regiones de Valparaíso y Coquimbo mantienen un déficit de precipitaciones de 74% y 82%, respectivamente.