Tras mantenerse prófugo 23 días eludiendo a un centenar de policías y perros de rastrillaje, el doble parricida de Neuquén, Argentina, fue hallado sin vida a sólo 300 metros del lugar donde ultimó a su pareja Karina Apablaza y a su hija Valentina.

Este fue el desenlace del caso que estremeció a buena parte del país vecino y que consideró a Chile ante la posibilidad de que tras su huida hubiera cruzado la frontera.

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De acuerdo a los antecedentes, Muñoz trabajaba como auxiliar de servicio nocturno en un colegio y, según sus colegas, tenía al menos cinco denuncias por violencia de género, que motivaron varias presentaciones judiciales y gremiales, pero no fue apartado del cargo.

El doble femicidio fue cometido el 22 de febrero, cuando madre e hija de 11 años fueron atacadas a cuchilladas en la calle por Muñoz en la localidad de Las Ovejas, en Neuquén, en pleno centro y a eso de las 13:00 horas.

El autor tenía una orden de prohibición de acercamiento a ambas, tras haber sido acusado de abuso sexual en contra de la niña.

Según El Pingüino, de acuerdo con las primeras pericias realizadas al cuerpo del hombre de 40 años, éste falleció por “asfixia mecánica autoprovocada”. Es decir, se suicidó.

Asimismo, se señaló que la data de muerte correspondería a lo menos a dos semanas.

El funcionario de criminalística Enrique Prueger, en representación de la familia Apablaza, indicó a lmneuquen que “parecería un suicidio y estaría vestido con la misma ropa con la que atacó y huyó (el 22 de febrero). Según las prendas analizadas, se podría establecer que estuvo en una sola posición. Es decir, que el cuerpo no fue movido”.

El hallazgo no dejó del todo satisfecha a la familia de las víctimas. “Fue muy doloroso, porque nosotros queríamos que pague”, aseguró Miguel, el hermano de Karina.

Además, insistió en que dentro del Poder Judicial se “tiene que hacer una autocrítica y sacar a la gente inoperante que tienen al frente, porque esto se pudo haber evitado”.

Por su parte el fiscal general de Neuquén, José Gerez, dijo que “a todos nos hubiese gustado, y a mi principalmente, encontrar con vida a Muñoz para que sea juzgado por la sociedad. Iba a ser sometido a un juicio por jurados y en todo momento anhelaba encontrarlo con vida para que sea la sociedad la que lo juzgue y lo condene por un crimen severo y con la pena más alta que tiene el Código Penal Argentino”.

El análisis forense

El cadáver de Muñoz fue inspeccionado en el lugar del hallazgo por miembros del equipo forense del Poder Judicial provincial, quienes lograron identificarlo por los tatuajes, un escudo en una mano y dos nombres en los antebrazos.

Tenía lesiones en la zona del cuello y los ojos lastimados, además de las muñecas, que se buscará saber si son del día del doble femicidio o si se cortó las venas.

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Una vez realizada la autopsia en la morgue del Poder Judicial de Neuquén, Gerez sostuvo que “el análisis de los peritos criminalísticos en el lugar de los hechos indica que Muñoz se suicidó por ahorcamiento allí porque su cuerpo se encontró con un soguín en el cuello con un nudo corredizo y atado a un ramerío de rosa mosqueta”.

Otros antecedentes indicaron que la policía realizó dos allanamientos: uno en la casa de Muñoz y otro en la de Merino, su cuñado.

En esta última, se encontró una carpa con una soga cortada, que correspondería a la hallada alrededor del cuello de Muñoz y que le causó una muerte por ahorcamiento.