El Parque Pumalín está en alerta por los numerosos atropellos a pudúes que se han producido en el último tiempo en territorio protegido. Son al menos seis ejemplares que mueren bajo las ruedas de vehículos en cada temporada.

El pudú (Pudu Puda) es una especie nativa, el ciervo más pequeño del mundo. Habita en gran parte de Chile y también en Argentina, en poblaciones aisladas entre El Maule y el Bío Bío, pero de forma continua hasta la región de Aysén.

A Erwin González, administrador general del Parque Pumalín, le tocó hace poco encontrar una hembra de pudú preñada y arollada por un automóvil, según consignó Las Últimas Noticias.

El hábitat del pudú son los bosques nativos, como sotobosque denso, por lo que se presenta con frecuencia en áreas protegidas, como Pumalín. Lamentablemente, existen zonas del parque con alto tránsito, que dificultan mantener a salvo algunas especies pequeñas.

“Pasan a mucha velocidad. Todos los días circulan entre 50 y 60 autos en esta época, pero en verano podemos llegar a 300 diarios”, detalló González.

Explicó que, pese a ser un camino señalizado, de ripio y curvas, los automovilistas corren a alta velocidad para alcanzar a abordar las barcazas. “No tienen los cuidados suficientes y atropellan cierta parte de la fauna”.

El ingeniero agrícola llamó a la conciencia, a la precaución en las carreteras y a cuidar la fauna de Pumalín, como huiñas, pumas y pudúes, pues no saben de caminos y ése es su entorno natural.

Aunque existan letreros de advertencia, González sostuvo que lo mismo sucede con aves, ranas y monitos de monte, que muchas veces son confundidos con roedores.

Los principales depredadores del pudú son algunos felinos, aves rapaces y los humanos. Los últimos, a través de la destrucción de su hábitat, cacería ilegal y parásitos de animales domésticos, han reducido la población del ciervo, al punto en que hoy es una especie en situación vulnerable, según la clasificación del Ministerio de Medio Ambiente.