Una pena de 8 años de presidio mayor en su grado mínimo (sin beneficios) fue ordenada contra Leonardo Felipe Pizarro Rojas en Coyhaique, por el abuso sexual reiterado de 2 hermanas desde el 2006 en adelante.

El hombre de 54 años se desempeñaba como pastor evangélico desde el 2013, es decir, en una fecha posterior a la comisión de los delitos, por lo que no fue considerado como una agravante.

Además, se le imputó el presunto abuso sexual de una tercera hermana que tenía entre 14 y 15 años cuando ocurrieron los hechos, pero fue absuelto de estos cargos. Sí se le encontró, en cambio, responsabilidad en los abusos sexuales reiterados cometidos contra otras 2 víctimas que tenían 13 y 15 años en ese tiempo.

Además, la Corte de Apelaciones de Coyhaique rechazó el recurso de nulidad interpuesto por la defensa del imputado, ratificando la resolución inicial.

Por todo esto, el fiscal Luis Contreras llamó a estar atentos a las posibles víctimas de abusos y a “no cerrar los ojos frente a este fenómeno”.

Instó a “considerar que los niños no tiene la misma capacidad y desarrollo emocional de los adultos para expresar lo que está pasando. Por lo tanto, es necesario estar atentos a ciertas conductas, como por ejemplo rechazo a las figuras masculinas o femeninas, conductas disruptivas (actuaciones inapropiadas), encopresis (es decir incontinencia fecal o defecación involuntaria), que hagan sospechar que al niño le está pasando algo”.

Ante una sospecha de agresiones sexuales contra el niño, niña o adolescente, el fiscal recomendó no preguntarles al respecto, sino dejar que “dichas preguntas las hagan personas especializadas en entrevistas diseñadas para tal efecto, por ejemplo a través de las entrevistas investigativas videograbadas”.