Luego de que un joven conscripto del Ejercito, de 20 años, falleciera en Arica el pasado 28 de noviembre, en un primer momento se dijo que fue a causa de una riña entre soldados. Sin embargo, la investigación de la Fiscalía Militar permitió procesar y ordenar la detención de dos uniformados que habrían atacado a la víctima tras una confusión, pensando que este los habría golpeado anteriormente.

La razón de la muerte de un conscripto del Ejército en Arica el 28 de noviembre, que inicialmente se debió a una riña entre soldados, fue descartada por la Fiscalía Militar que procesó y ordenó la detención de dos uniformados.

La víctima, Juan Carlos Roa, es un joven de 20 años proveniente de Chillán, en la región de Ñuble.

A fines de noviembre fue reportada la muerte del soldado de tropa del Regimiento Coraceros de Arica. Por parte del Ejército aseguraron que el hecho se enmarcó en una riña de uniformados, la que se extendió desde la calle hasta la unidad.

Sin embargo, la investigación abierta por la Fiscalía Militar, determinó que el agresor, atacó al joven con un arma blanca, creyendo que con él había sido la pelea en un bar del centro de Arica.

Investigación interna los delató

Así lo reveló el abogado Cristian Echayz, quien representa a los padres de la víctima. “El agresor, producto de su enojo y de su ira, lo esperó a la entrada del regimiento y lo atacó a su llegada”, explicó.

Con todos esos antecedentes, la justicia militar identificó a los responsables del asesinato. Respecto a ellos, se dictó el procesamiento y la orden de detención, dijo el abogado querellante.

La familia de la víctima en Chillán, está devastada. Aseguran no tener explicación sobre lo ocurrido, según su padre Juan Carlos Roa.

El progenitor de la víctima explicó que no pueden entender que dos superiores del Ejército de Chile, utilizaran ese nivel de violencia con su hijo.

En tanto, los dos procesados deberán esperar la resolución de la Fiscalía Militar. Esta entidad, para determinar lo que realmente ocurrió, tuvo acceso a un video de la garita del regimiento. En él se evidencia que los guardias no actuaron cuando Juan Carlos Roa era atacado en la oscuridad, a sólo unos metros de distancia.