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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El embajador chileno en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, desató opiniones divergentes al afirmar que los embajadores representan tanto al Estado como al Presidente de la República. Sus declaraciones generaron polémica en la esfera política y diplomática del país, siendo criticado por el senador de la UDI, Juan Antonio Coloma, y el excanciller Roberto Ampuero, quienes consideran que un embajador debe representar solo al Estado. Por otro lado, el senador socialista José Miguel Insulza respaldó la libertad de opinión de los embajadores, mientras que el exasesor internacional Fernando Reyes Matta destacó que Valdés representa al presidente Boric, quien dirige la política exterior de Chile. Estas declaraciones se suman a la controversia previa en la que Valdés opinó sobre la Convención Nacional del Partido Demócrata de Estados Unidos, generando críticas por su enfoque más político que diplomático.

Opiniones divergentes causaron las recientes declaraciones del embajador chileno en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, tras afirmar que los embajadores no sólo representan al Estado, sino también al Presidente de la República.

En conversación con El Mercurio, el excanciller fue consultado por la política en el país norteamericano, en torno a lo que aseguró: “Naturalmente que tengo puntos de vista”.

A esto, sumó que “los embajadores representamos los intereses del Estado, pero también representamos al Presidente de la República (…) no somos neutrales, pero no nos corresponde hacer público eso”.

Palabras que hicieron eco en la esfera política y diplomática del país, generando diversas reacciones que fueron recogidas por La Radio.

Reacciones a los dichos de Valdés

El senador de la UDI, Juan Antonio Coloma, calificó como un “grave error” estas declaraciones, sosteniendo que Valdés tiene “una muy equivocada percepción de qué es lo que es un embajador”, pues “representa al Estado de Chile, y no al Presidente”.

Reacción que fue compartida por el excanciller de Sebastián Piñera, Roberto Ampuero, quien manifestó su “gran extrañeza” frente a las declaraciones, las que a su juicio “no se ajustan” a la “política exterior chilena y a la práctica usual de los embajadores”.

“Los embajadores no están llamados a opinar sobre actividades internas del país”, aseveró.

Así, Ampuero recordó el instructivo de seis puntos para el cuerpo diplomático chileno, publicado en octubre de 2014 por el entonces canciller Heraldo Muñoz.

Este consignaba que los representantes de nuestro país “no deben involucrarse en política activa ni emitir opiniones públicas que puedan afectar el Estado, al Gobierno y, además, limitar la eficacia misma de su desempeño”.

Quien compartió y defendió las palabras de Valdés fue el excanciller y ahora senador socialista, José Miguel Insulza, quien al ser consultado sobre si el Gobierno tendría la misma holgura con otros embajadores chilenos si es que hablaran, por ejemplo, de la política interna de España o México, donde están Javier Velasco y Beatriz Sánchez, respectivamente, resaltó que la “holgura” del Gobierno con sus embajadores es la adecuada.

Los embajadores de Chile opinan, querámoslo o no, informan al Gobierno sobre lo que pasa en cada uno de sus paises. Naturalmente lo que se le preguntó al embajador era cómo iban las cosas en Estados Unidos y él contó lo que había visto en las dos convenciones”, señaló.

Por otra parte, el exembajador Fernando Reyes Matta, señaló que la “dimensión exacta con que deben tomarse las palabras” de Valdés, es que éste representa al Presidente Boric, que es quién conduce la política exterior de Chile.

Recordemos que Juan Gabriel Valdés también estuvo en el centro de la polémica cuando opinó sobre la Convención Nacional del Partido Demócrata de Estados Unidos. Lo que para el exembajador Alfonso Silva fue “una apuesta más propia de un político que de un embajador”, mientras que el también exembajador en Washington, Mariano Fernández, “no se emitió ningún juicio sobre política interna”, sino que “simplemente” se celebró la calidad de los discursos de los participantes”.