Restan 13 días para que termine el mandato de Jorge Bermúdez como Contralor General de la República. Sin embargo, desde el Gobierno y en la Cámara Alta estiman que habrá un largo periodo de vacancia.

Senadores de oposición esperan que la nueva figura pueda hacer frente a los "graves problemas" de probidad y transparencia que arrastra el organismo fiscalizador.

El próximo 16 de diciembre concluye el mandato de Jorge Bermúdez como Contralor General de la República, y con ello el plazo para que el Gobierno proponga un nuevo sucesor.

Este debe ser ratificado por 3/5 de la totalidad de la Cámara Alta; es decir, contar con la aprobación mínima de 30 senadores. Cantidad de votos que no alcanzan desde el oficialismo, y razón por la cual en el Ejecutivo y el Congreso preocupa la posibilidad de estar frente a un largo periodo de subrogancia en el cargo.

Esta situación no sería nueva, ya que en los dos nombramientos anteriores -con el excontralor, Ramiro Mendoza, y la del propio Bérmudez- los periodos de vacancia superaron los 8 meses, principalmente por desacuerdos en el Senado.

Para evitar esta situación, el ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde, aseguró que comenzaron conversaciones con las distintas bancadas para que se acepte la propuesta presidencial.

El rol del Contralor General de la República es encabezar el organismo autónomo que ejerce control y verifica la legalidad de los actos de la administración de nuestro país.

En este sentido, el jefe de bancada de senadores de la UDI, Gustavo Sanhueza, afirmó que Contraloría debe lograr un rol mucho más activo, sobre todo considerando que gracias a la prensa se han detectado casos irregulares, como los denominados “Convenios” y “Audios”, demostrando falencias en la fiscalización en los diferentes organismos de control.

El presidente y también senador del colectivo, Javier Macaya, indicó que el foco dentro de la Cámara Alta debe estar en llegar a acuerdos transversales y aseguró que no hay inconvenientes en excederse en el tiempo del nombramiento del Contralor, ya que hay órdenes de subrogancia y funcionarios que conocen cómo ejercer la labor.

Por su parte, la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, señaló que la persona propuesta por el Ejecutivo debe tener una amplia experiencia jurídica y evitar que tenga un protagonismo personal.

Según el parlamentario de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latrorre, es de suma importancia que, considerando los casos de corrupción en diferentes fundaciones y municipios, se eleven los estándares de probidad y transparencia.

Y en este aspecto, agregó, que debe ser una persona que entregue confianza transversal, independiente de su color político.

En la misma línea, el senador del PS, Juan Luis Castro, exigió que el Gobierno acelere este proceso, asegurando que “darse el lujo” de tener subrogancias por meses en la Contraloría sería impropio, considerando el nivel de antelación que ha habido para resolver una nominación de un cargo tan relevante.

Desde la Democracia Cristiana, el vicepresidente del Senado, Francisco Huenchumilla, y su par, Iván Flores, afirmaron que el nombramiento del Contralor se sumará a otros numerosos cargos administrativos que -aún- se mantienen en vacancia.

Otras designaciones que quedan pendientes por falta de consenso en el Senado son la de un ministro de la Corte Suprema, dos integrantes del Tribunal Constitucional y un miembro del Consejo para la Transparencia.