Viernes 18 de septiembre. Mientras gran parte de Chile daba inicio a las celebraciones de Fiestas Patrias, la familia Coloane Rojas llegó al crematorio del Cementerio General, en la comuna de Recoleta, para iniciar el proceso de incineración de Eliana Rojas Sánchez, madre, escritora, y cónyuge de Francisco Coloane, Premio Nacional de Literatura.

La autora de Una vejez añosa falleció un día antes, el jueves, a los 101 años de edad. “Nos ha dejado una gran compañera”, publicó en sus redes el diputado Hugo Gutiérrez (PC), lamentando la partida.

Ese viernes, la familia Coloane Rojas dejó los restos de Eliana en el crematorio, los que quedaron en una cámara de refrigeración, esperando que ese fin de semana se realizara la calcinación del cuerpo. O eso pensaron.

“Cuando el día domingo yo voy a ver si estaba cremada o no, y a retirarla en la ánfora, me dice un señor muy atentamente, que la autorización no había llegado de la Seremi”, dice Juan Francisco Coloane, hijo de Eliana, sociólogo y analista internacional.

Al paso de unos días, la situación no cambiaba. Fue así como Juan Francisco descubrió que, además de su madre, dos personas más se encontraban en la misma situación: un hombre y un mortinato, un bebé que nació muerto.

El factor que resultó ser el causante de la demora, dice, fue “un tema de papel”. O sea, desde el crematorio no se subió la información completa para realizar el proceso de incineración a la plataforma de Modernización de la Información Digital de la Autoridad Sanitaria (MIDAS), del Ministerio de Salud (Minsal).

“De lo que se trata es de ayudar al Estado, no de culpar a nadie, para que esto no ocurra de nuevo. No hay un encono de mi parte”, reconoce Juan Francisco. Su preocupación, agrega, también estaba en los otros dos cuerpos aún a la espera de su cremación -que al cierre de esta edición la del hombre fue corregida-.

Fuentes de La Radio indican que desde hace unos meses, y en medio de la pandemia, el número de calcinaciones aumentó considerablemente. Esto llevó a que, hace aproximadamente dos meses, se decidiera integrar el trámite de las cremaciones a la plataforma MIDAS, la que fue implementada en 2017 con el fin de incorporar la tecnología en las fiscalizaciones que hacen las respectivas seremias del país. “A través del mismo MIDAS la persona va monitoreando.

En este caso el cementerio va monitoreando sus nombres”, dice una fuente. Y agrega que antes de esta modificación, la cremación “era un trámite súper engorroso para los parientes”.

Y este aumento lo confirman las cifras. Según datos obtenidos a través de Ley de Transparencia, en la Región Metropolitana (RM), desde el año 2017 a 2019, aumentaron un 99,7% las incineraciones en los cuatro cementerios autorizados por la autoridad sanitaria. Si en 2017 se cremaron 394 personas, dos años después la cifra aumentó a 787.

En regiones las calcinaciones también han ido en ascenso. En la Región de Antofagasta, por ejemplo, el año 2017 se realizaron 394 calcinaciones, en 2019 la cifra llegó a 383. En Atacama, que cuenta con solo un crematorio autorizado por la autoridad sanitaria, en 2017 se realizó 1 cremación, mientras que en 2019 el número ascendió a 68.

La Región del Biobío cuenta con dos lugares donde se realizan incineraciones: el Cementerio Parque San Pedro y el Cementerio General de Concepción. Entre ambos, en 2017 se concretaron 246 cremaciones, y en 2019 la cantidad fue de 307. O sea, aumentó un 24,7%.

Errores

Fuentes conocedoras del proceso detallan que se trató de un error involuntario lo que generó la demora. La información entregada por la familia se sube a la plataforma MIDAS para que la Seremi RM revise los antecedentes cargados y autorice la incineración. Este proceso está en manos de abogados, y quien firma es el jefe que está a cargo del trámite.

Dentro de los documentos que, normalmente, se solicitan para realizar este trámite está el certificado de defunción, los datos del cónyuge que permite la incineración -si hay hijos también-, la cédula de identidad, la manifestación de última voluntad, y en caso de accidentes o de cuerpos provenientes del Servicio Médico Legal (SML) una autorización de la Fiscalía. Además, si el cuerpo proviene de otra región, es necesaria una resolución sanitaria.

Son estos los que se cargan en la plataforma MIDAS para su seguimiento. En este punto, habría estado el error. Con el paso de los días en el software habría aparecido “firmada” la solicitud de incineración de Eliana Rojas Sánchez. No obstante, se habrían “confiado” en que dicha autorización estaba completa, pues no lo estaba: la Seremi habría hecho observaciones al faltar documentación.

Al no percatarse de lo anterior, el proceso continuó. El sistema da un plazo de 48 horas para rectificar la información faltante. Si no se completa, el trámite continúa y la Seremi entiende que se da por “desierta” la solicitud de incineración.

Pero la familia Coloane Rojas sí quería incinerar a Eliana, por lo que se debió realizar por segunda vez la carga de documentos a la plataforma MIDAS en el Cementerio General.

Así fue como transcurrieron 11 días, desde el 18 de septiembre, hasta este lunes 28, para que a la cónyuge de Francisco Coloane, Premio Nacional de Literatura, tuviera el final que su familia quería darle. En síntesis la burocracia hizo lo suyo.

“Me parece que hay una corresponsabilidad porque de todas maneras, desde el punto de vista médico, de salud pública, cuando hay una falla de papel que proviene del cementerio, porque aquí no hay que responsabilizar a la cremación… ellos han sido tremendamente amables y pacientes (…). A mí me da la impresión de que hay cierta responsabilidad de la Seremi, desde el punto de vista de que si el papeleo no viene correcto, hay que decírselo, háganlo de nuevo, y eso no ocurrió”, dice Juan Francisco Coloane.

Los restos de Eliana Rojas Sánchez fueron cremados durante la jornada de este lunes y entregados a su familia. Eliana fue una trabajadora social comprometida con los más vulnerables. En su libro, Una vejez añosa, narró su vida en las ciudades de New York y Beijing, y su retorno a Chile, país en el que destacó por su gallardía en la lucha contra las injusticias sociales.

En uno de sus últimos registros audiovisuales, el que subió su hijo Juan Francisco a Twitter, dijo: “En octubre, nueva Constitución”.