Durante su paso por España, el ministro de Relaciones exteriores Teodoro Ribera analizó el escenario de la crisis social desatada en Chile el 18 de octubre, detallando por donde pasarían las soluciones al conflicto. Entre sus declaraciones, cuestionado directamente por el tema, afirmó que es “inconcebible” que el presidente Sebastián Piñera renuncie a su cargo.

“Eso es inconcebible en la historia de Chile. Ejercerá su liderazgo hasta el final de su mandato y será un factor de modernización de la sociedad”, sostuvo ante el diario El País, descartando tajantemente la posibilidad.

Respecto del estallido social, el canciller sostuvo que “para entender el fenómeno hay que tener claro que lo que sucede es sólo violencia de grupos anárquicos y que el malestar social se deriva de la imposibilidad de usar el metro. Es con posterioridad cuando surgen las demandas sociales. Son dos temas distintos”.

En este sentido, aseguró que los manifestantes “no es que quieran hacer la transformación del sistema, lo que necesitan es que haya una malla que les proteja en circunstancias difíciles”.

Por lo tanto, destacó la agenda del Gobierno en materia de Seguridad, de demandas sociales y del proceso constituyente, el cual, sostuvo, busca “generar un gran consenso ciudadano sobre la norma fundamental donde se tiene en mira como posible ejemplo la Constitución española de 1978”.

Sin embargo, recalcó que a su juicio “lo que va a solucionar los problemas de los que hablamos son las reformas del aparataje social, no la reforma de la Constitución”.

Dado que la actual Carta Magna que rige la política del país, fue elaborada por la dictadura de Augusto Pinochet, el secretario de Estado fue consultado si considera que los cambios que está viviendo el país suponen el entierro definitivo de los restos del régimen. Ante esto, Ribera estimó que “Pinochet no es un personaje que esté presente en estas revueltas”.

“Ese análisis no lo he visto ni en los muros ni en el debate político, lo que estaba presente en el debate era la capacidad para generar acuerdos, los quórums para aprobar la Constitución, si el Estado tiene que ser democrático y social de Derecho para seguir el ejemplo español. Hay un rechazo a la autoridad que abusa”, aseguró.

La injerencia extranjera

El Gobierno ha afirmado en repetidas ocasiones tener información sobre intervención extranjera en las protestas desatadas desde el inicio del estallido social. Consultado sobre esto, Ribera afirmó que “según informaciones provenientes de Estados Unidos, alrededor del 10% de las comunicaciones por Internet y los tuits enviados desde el día 18 de octubre provienen de un país de Europa Oriental y, de ese porcentaje, una gran mayoría estaban orientados a generar desinformación en Chile y otra parte estaba destinada a crear un clima hostil hacia Chile en el extranjero”.

“Esto es para señalar que el problema en Chile es multifactorial. Primero, el Estado no fue capaz de prevenir el comportamiento de grupos anárquicos y violentos y luego los grupos políticos no fueron capaces de prever un malestar social que no se puede atribuir a este Gobierno, que lleva 18 meses, sino que se viene arrastrando desde hace mucho tiempo”, sostuvo.

Esto, profundizó, “es lo que debe llevar a la reflexión política en Chile: que el crecimiento económico por sí solo no garantiza la estabilidad, sino que se requieren otros elementos como una relación de mayor dignidad entre los ciudadanos, de mayor respeto por parte de las empresas hacia los consumidores y mayor colaboración de los ciudadanos entre sí. Desde 1990 al 2017, Chile multiplicó por ocho el PIB y ocho millones de chilenos superaron la pobreza. Esta clase media ascendente es aún débil y tienen temor ante la vejez, la enfermedad o el paro. No es que quieran hacer la transformación del sistema, lo que necesitan es que haya una malla que les proteja en circunstancias difíciles”.

Respecto de las denuncias e informes de organismos nacionales e internacionales sobre vulneraciones a los derechos humanos que incluso incluyen acusaciones por crímenes sexuales cometidos por carabineros, afirmó que “no eran violaciones, yo también lo entendí así al principio, pero en los cuarteles hay cámaras de vigilancia en todos los sectores donde están los detenidos, salvo en los baños, y ahora se van a colocar en esos lugares también para no dejar ninguna sala sin vigilancia”.

“Pero no hablemos de la casuística, hablemos de política: el caso chileno es propio de la posmodernidad, las convocatorias se producen por las redes sociales, no hay líderes prestablecidos, no hay demandas concretas y son los sectores de la clase media los que protestan. No hay con quien negociar”, sostuvo.

“Chile es un avión”

En la entrevista con el reconocido medio europeo, Ribera detalló en términos económicos que para este año esperan “un crecimiento del PIB del -1%, en 2020 del 0,5% al 1,5% y que en 2021 recupere el crecimiento del 2,5% al 3,5%. Los mayores recursos para la agenda social ponen el déficit fiscal en un 3% del PIB en 2020 para reducirse al 2% en 2022. Este déficit fiscal se va a pagar en parte con reasignación de recursos y con los ahorros acumulados del Estado en el fondo soberano de Chile, lo que permitirá atenuar el impacto social de las protestas”.

De esta forma, hizo una alegoría planteando que “Chile es un avión con los motores intactos, está volando a velocidad de crucero, hay una discusión entre los pasajeros que vuelan en clase turista y los que viajan en business, la discusión es cómo nos repartimos los bienes entre las dos clases, lo que está haciendo el Gobierno es dictar medidas para que el que no tenga dinero no tenga que bajarse del avión y atenuar las diferencias en los servicios que el avión da a sus pasajeros, todo esto va a contribuir a que se estabilice el avión. Si lo hacemos bien, tendremos un largo y feliz vuelo”.