Ana Ostos es una chilena de 32 años que vive en Caracas y que hace dos meses sufrió una hepatitis que la dejó gravé y con un coma hepático, motivo por el cual necesita de un trasplante de hígado para sobrevivir, procedimiento que está cancelado en Venezuela por la crisis que vive el país.

Ante la emergencia, el presidente Sebastián Piñera anunció el martes que el Gobierno enviará un avión ambulancia “para trasladarla a nuestro país para que sea operada a la brevedad”.

De acuerdo a La Tercera, la paciente abordará la aeronave este miércoles y su arribo a suelo nacional está pactado para las 06:00 horas del jueves.

Ya en la capital, Ostos será derivada hasta la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Clínico de la Universidad Católica en Santiago Centro.

Lo anterior luego que, según La Moneda, desde Clínicas Caracas sugirieron en un informe médico que la bioanalista retornara a Chile “para planificar el trasplante hepático altamente especializado”, sin poner reparos al viaje.

GoFundMe

Su situación generó la creación de una campaña a su favor en la plataforma de financiación colectiva GoFundMe, que lleva por nombre “salvemosle la vida a Ana Ostos”.

“Desafortunadamente la familia no tiene la capacidad económica para costear los gastos médicos que todo el proceso requiere”, indicó el creador.

Producto de aquello, “sus familiares y más cercanos amigos hemos tomado la decisión de hacer este GoFundMe para poder recolectar dinero y ayudar a la sanación de nuestra querida Ana”, añadió.

Al cierre de esta edición, la campaña ha acumulado US$7.757 en tres días, con aportes de 131 personas, de los US$90 mil que propusieron como meta.

Cancún

La reacción con Ostos parece diferir con lo ocurrido con María Inés Contreras Figueroa, una mujer de 68 años quien el 2 de mayo viajó a Cancún para asistir al matrimonio de dos de sus hijos con sus respectivas parejas.

Finalmente, tras sufrir la amputación de una de sus piernas, Contreras murió el domingo 26 de mayo.

Pese a que la mujer viajó con cobertura médica, ésta no fue suficiente. Por ello, la familia debió incurrir en altos gastos para brindarle atención en tierras aztecas, a los que se sumaban los US$80 mil que valía una aeronave para repatriarla en vida.

Previo a su deceso, desde la Cancillería se indicó que no se accedió a dicha petición ya que los médicos que atendían a la mujer señalaron que su traslado era riesgoso.

En el caso de Ostos la situación es diferente, puesto que el Ejecutivo señaló que la mujer cuenta con permiso médico para realizar el periplo.

“En Venezuela no solo se encuentra suspendido el plan de trasplantes, sino que los doctores autorizaron y recomendaron su traslado a Santiago”, consignó La Tercera.