La Corte de Apelaciones de Santiago ordenó a la Iglesia el pago de 450 millones de pesos a las víctimas de Fernando Karadima: James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo.

Se trata de la cifra más alta de compensación económica a la que la Iglesia Católica ha sido obligada hasta ahora.

Según consignó La Tercera, fue un correo electrónico escrito el 1 de febrero de 2009 por el cardenal Francisco Javier Errázuriz al entonces nuncio Giuseppe Pinto, el que causó un giro en la demanda presentada hace cinco años atrás en contra del Arzobispado de Santiago.

El ministro en visita Juan Muñoz había rechazado en primera instancia la acción civil, sin embargo, el pasado jueves la Corte evaluó los nuevos antecedentes y -en un fallo unánime- los ministros Miguel Vásquez, Javier Moya y el abogado integrante Jaime Guerrero decidieron revocar el fallo.

La Iglesia chilena fue condenada por los actos que impidieron una investigación diligente en contra de Karadima, quien fue expulsado del sacerdocio este año, y el perjuicio que les significó este encubrimiento a las víctimas.

El correo

En el correo, que se convirtió en una pieza clave, Francisco Javier Errázuriz señala que “la presentación de las denuncias ante el promotor normalmente calma la agresividad de los acusantes. Por respeto a Karadima no le pedí al promotor que lo interrogara y sólo le pedí a Andrés Arteaga -obispo auxiliar de Santiago- su parecer”.

“Él consideró que todo era absolutamente inverosímil. Como se trata de hechos prescritos cerré la investigación. Así quise protegerlos, consciente de que mi manera de proceder, si los acusadores llevasen algún día el caso a la prensa, se volcaría en contra de mí”, añadió.

Según el abogado Juan Pablo Hermosilla, el escrito va en contra de lo que ha manifestado el mismo Errázuriz por estos casos y que además representa la actitud de encubrimientos que ha tenido la Iglesia Católica.