Los presidentes de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista se reunieron en reserva esta semana. Ahí acordaron intentar resaltar más los acuerdos que las diferencias, en medio de meses de tensión entre ambas colectividades.

Ambos partidos coincidieron en que no es tiempo de conglomerados, pero sí reconocen que trabajarán para entendimientos futuros.

Se reunieron tres representantes de la Democracia Cristiana y tres del Partido Comunista. No fue un pacto de no agresión, pero sí intentarán resaltar los acuerdos más que las diferencias, para evitar los episodios que han marcado la relación incluso cuando fueron gobierno.

Lograron acercamientos en la reforma tributaria, en las mejoras laborales, entre otros, y reconocen que hay distancias en derechos humanos y seguridad ciudadana.

El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, vio como una reapertura este encuentro. Sostuvo que si bien hoy es difícil generar un conglomerado con la DC, sí hay espacio para acuerdos.

El presidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chahín, insistió en que no es tiempo para hablar de alianzas, pero que el partido tiene claro que no puede hacer un camino propio.

Por eso, dice que más adelante buscarán acuerdos políticos, pero donde ellos sean protagonistas, y no agregados, en referencia a Convergencia Progresista.

El presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, valoró el encuentro de ambos partidos. Aseguró que seguirán impulsando un diálogo desde la DC al Frente Amplio.

El próximo lunes 22 de octubre se realizará la primera reunión de Convergencia Progresista, espacio de coordinación que ya trabaja en buscar ejes comunes entre las tres colectividades que la conforman.