Con la llegada del presidente Sebastián Piñera, a las 11:40 horas de este martes, se dio inicio al Te Deum ecuménico que la Iglesia Católica celebra cada año en la Catedral Metropolitana de Santiago.

La ceremonia comenzó de manera formal con un cántico de alabanza en el cual se hizo una alusión a los abusos. “Negarlo es inaceptable cuando el temporal arrecia”, rezó el himno de Francisco Astorga.

Pero de mea culpa nada. La Iglesia, de la mano del monje benedictino, Benito Rodríguez, tildó la crisis que azota a la institución como un “momento particular”.

“Hoy nos toca presidir esta solemne celebración del Te Deum en un momento muy particular, porque estamos pasando por tiempos recios, como decía santa Teresa”, dijo el religioso.

“Nuestra Iglesia de Chile vive un tiempo de purificación quizás como nunca antes en su historia. Creemos que hablar desde esta precariedad, sin pretender negarla o esconderla es también nuestro aporte al hoy de nuestra historia”, añadió.

“(…) Intentando acoger con humildad y con generosidad nuestros errores, sin pretender privilegios o algún trato especial, y sin renunciar al desafío y la responsabilidad de una profunda conversión en espíritu y en verdad, para ser mejores testigos de ese evangelio que hemos recibido y que llevamos en vasijas de barro”, agregó.

Tras ello, la presidenta de Andha Chile, Roxana Miranda, interrumpió al monje con gritos.

Guardias la sacaron del templo luego que ésta comenzara a emitir consignas contra el gobierno de Sebastián Piñera, con el Mandatario sentado a metros suyo.

Ella y otra mujer fueron detenidas y llevadas a la Tercera Comisaría de Santiago, confirmó Carabineros.

La misa

La primera oración la realizó el deán de la Catedral Metropolitana, Juan de la Cruz, y tuvo como foco pedir por las autoridades que dirigen la nación, superar la discriminación, lograr la justicia y llegar al “bienestar verdadero” en un ambiente de paz.

No obstante, Rodríguez fue el encargado de leer la homilía, que tradicionalmente es recitada por el arzobispo de Santiago, quien estuvo ausente en esta ceremonia. El religioso reemplazó a de la Cruz, quien quedó a cargo de dirigir la ceremonia.

En la lectura, en los otros temas que cubrió, el sacerdote habló de la distancia entre la cabeza y el corazón, al igual que del bautismo y la importancia de la Patria, el vivir con alegría y libertad, además de la separación del Estado y la religión.

Sumado a ello, valoró que extranjeros vengan a Chile con el ánimo de ayudar y aportar, señalando que es su deseo que siempre encuentren las puertas abiertas.

Tras la interrupción a Rodríguez, al momento de las plegarias, líderes de diferentes credos pidieron, por ejemplo, por el derecho de vivir sin contaminación, un medio ambiente libre de riesgos, sueldos dignos y el bienestar de los trabajadores.

Crisis

La ceremonia se realizó en medio de la crisis sin precedentes que azota a la Iglesia Católica en relación a los abusos por parte de religiosos en contra de menores y jóvenes, causas que incluso han generado allanamientos simultáneos por parte del Ministerio Público.

Además, este Te Deum no fue presidido por el arzobispo de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati, quien decidió marginarse del evento debido a las críticas contra su figura.

Ezzati es acusado de ser encubridor de abusos sexuales, motivo por el cual la Fiscalía lo investiga.

Pero la crisis en la Iglesia es aún más profunda.

La visita del papa Francisco, en enero, fue casi considerada un fracaso tras ser recibido con un tibio fervor, el cual fue empañado por la polémica en torno al exobispo de Osorno, Juan Barros, a quien laicos y organizaciones sociales lo sindicaban como encubridor de los abusos de Fernando Karadima.

A lo anterior se suma que el excanciller del Arzobispado de Santiago, Óscar Muñoz Toledo, está actualmente en prisión preventiva e imputado por delitos de connotación sexual.

Muñoz es acusado de estupro, abusos sexuales y violación de menores en al menos cinco casos distintos.

De no estarlo, su rol en esta ceremonia habría consistido en recibir a los invitados en el atrio del mayor templo católico del país, labor que este martes debió cumplir la laica Francisca San Martín.

La misa de acción de gracias también recordó que, el sábado, el Papa expulsó del sacerdocio a Cristián Precht “de forma inapelable”.

El sacerdote fue acusado de abusos contra menores en el contexto del caso Maristas, causa en manos del Ministerio Público.

A diferencia del Te Deum evangélico, llevado a cabo el domingo 16 de septiembre, a la instancia llegaron los presidentes de ambas cámaras del Congreso, los socialistas Maya Fernández y Carlos Montes.

Aquella instancia terminó con periodistas golpeados, uno incluso con un esguince cervical, luego de hacerle preguntas al obispo Eduardo Durán acerca de su vinculación al delito de lavado de activos, que lo tiene bajo la mira del poder persecutor.

Al igual que el domingo, hasta las afueras de la catedral llegaron detractores de la Ley de Identidad de Género, quienes volvieron a catalogar a Piñera como “traidor”.

Además, lo acusaron de haber traicionado la confianza de los cristianos que votaron por él en la elección de 2017 y amenazaron con sacar del Parlamento a los legisladores que apoyaron la iniciativa.