Este miércoles, el expresidente del Tribunal Constitucional, Carlos Carmona, renunció a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, donde ejercía labores de pedagogía en el ámbito legal administrativo.

Lo anterior, tras cumplir tres meses de sanción por una denuncia de acoso presentada en su contra por su estudiante y ayudante Sofía Brito.

Acusación que se transformó en una de las banderas de la extensa toma que afectó a la facultad y luego del movimiento feminista que este año afloró en muchas universidades del país.

Brito contó parte de lo ocurrido y la compleja decisión de denunciar. “La importancia que tiene este profesor en el mundo del Derecho y del Estado, hace muy difícil que le crean a una simple estudiante”, indicó tras paralizarse la facultad en abril.

“Cuando denuncié sabía que tenía que restarme de muchos espacios, me costaba mucho ir a la universidad, (sabía) que me iba a topar con él”, relató.

Al final la expulsada implícitamente fui yo
- Sofía Brito

“La primera vez que me sentí incómoda yo le dije que habían límites corporales”, sostuvo Brito, agregando que tras ésto, Carmona empezó a “manipular esta situación (diciendo) que no podía trabajar conmigo si yo ponía límites, que él tenía que conocerme en todas las esferas de mi vida”.

Esto hechos, explicó, “fueron en escalada hasta que pasa (el episodio) cuando me quedé dormida en el sillón del tribunal”.

La ayudante acusa que despertó cuando Carmona se encontraba tocándole el pelo, conducta que fue calificada como “impropia e incompatible con la calidad de académico de la corporación”, considerando la “relación asimétrica entre la denunciante y el profesor inculpado”.

Como resultado del sumario iniciado tras la acusación, se determinó una “intensidad emocional” en las conversaciones que mantuvieron a diario entre el 30 de julio y 24 de agosto de 2017. Estas conversaciones, iniciadas normalmente por el académico, se desarrollaron entre las 07:00 de la mañana y la medianoche aproximadamente.

Cristóbal Escobar | Agencia UNO
Cristóbal Escobar | Agencia UNO

Pese a que la estudiante le pidió al profesor poner límites en su relación, Carmona le preguntaba vía WhatsApp cómo había amanecido o cómo había dormido, actitud y comportamiento que de acuerdo al sumario, “pueden ser calificados como indeseados, indebidos, inadecuados e inapropiados, respecto de la denunciante, sobre quien ejercía control y supervisión”.

“Estás llena de sorpresas!!”; “Lo esencial es que te quiero, eres muy valiosa para mí”; “Me encanta hacer esto. Me siento feliz cuando capto tu interés y atención!! (SIC)”, son algunos de los mensaje que Carmona envió a la estudiante.

En otro incluso habla de un “sueño hecho realidad” al ver que había pertenencias de Brito en su oficina.

“Cuando cerré la puerta me di cuenta que ha tomado posesión de ella. Está llena de cosas suyas!! (…) Me encanta!! Es como un sueño hecho realidad”, le escribió.

Lo esencial es que te quiero, eres muy valiosa para mí
- Carlos Carmona

“Establecimos una relación horizontal de amistad, siendo que debe existir una distancia y una relación jerárquica profesor/alumna que debe ser siempre mantenida (…) reconozco que la relación con Sofía se estrechó demasiado y era mi responsabilidad, como profesor, que eso no sucediera”, dijo en su defensa Carmona.

Sanción y renuncia

Brito presentó un recurso de protección contra la Casa de Bello luego que el sumario en contra de Carmona terminara sólo con una censura, que finalmente fue cambiada a suspensión de tres meses, con goce de 70% de las remuneraciones y con una anotación en su hoja de vida.

La estudiante desistió del recurso tras constatar que la sanción aplicada era la única opción ya que el acoso no está tipificado. Sofía Brito tomó la decisión tras reunirse con el rector del plantel, Ennio Vivaldi, y la directora de Igualdad de Género (Digen), Carmen Andrade.

Por normativa, Vivaldi no podía tampoco elevar la sanción, pese a que las estudiantes exigieron la destitución, sino que sólo podía acogerla, rechazarla o disminuirla.

Sin embargo, Carmona apeló sin éxito a la sanción argumentando que tras leer las conversaciones de WhatsApp que fueron revisadas en el sumario, reconoce que “fueron demasiado cercanas en lo humano y que en ello me pude haber equivocado”, pero no más que eso.

Pese a que la estudiante recalcó que se ha sentido muy acompañada en este proceso, indicó que “en términos personales ha sido mucha más pérdida y someterme a una revictimización, al juicio de gente que me dice en la cara que lo que yo viví no era tan grave”.

“Muchas veces pensé que me tenía que cambiar de carrera, o que quizás no me tenía que dedicar a esta área porque me tendría que topar con este profesor. Empecé a trabajar en derecho laboral y no derecho público, que es lo que hacía”, comentó.

Este miércoles Carlos Carmona renunció a la Facultad tras cumplir la sanción de tres meses.

Su renuncia fue informada por el decano (s) Claudio Moraga, quien se encuentra en el cargo tras la renuncia de Davor Harasic, cuestionado por cómo manejó el tema.

“La Escuela necesita que nada la distraiga de sus tareas, que deje atrás estos momentos complejos y retome el desafío de formar profesionales de excelencia que vivan y practiquen los principios del Estado Social de Derecho”, sostuvo el expresidente del Tribunal Constitucional.

En relación al cumplimiento de la sanción, indicó que “no existe ningún impedimento legal para que pueda reincorporarme a las actividades propias de mi condición de profesor titular. No obstante considero que mi forma de contribuir a que la escuela persevere en los que son sus objetivos principales, es renunciar a mi cargo de profesor”.

Así, continuó, “la Escuela podrá retomar su normalidad y las nuevas autoridades podrán concentrarse en la conducción superior de la misma”.

Cabe recordar que la denuncia de Brito contó con el respaldo de más de cien profesoras que trabajan en la Universidad de Chile, y que firmaron una declaración pública en apoyo a la principal demanda de las estudiantes de la Facultad de Derecho: destituir a Carmona.