Turquía dispone de pruebas, en particular una segunda grabación sonora, que contradicen la versión del fiscal saudita sobre el asesinato en Estambul del periodista Jamal Khashoggi, afirma este viernes un periódico turco.

El fiscal general saudita pidió el jueves la pena de muerte para cinco acusados por su papel en el asesinato de Khashoggi. Dijo que el periodista fue drogado, asesinado y desmembrado en el consulado de su país en Estambul el 2 de octubre, pero eximió de toda culpa al príncipe heredero Mohamed bin Salmán, conocido como MBS.

Según el fiscal saudita, un equipo llegó a Estambul con la misión de traer de vuelta al periodista por las buenas o por las malas, pero el jefe tomó la decisión de matarlo sin consultar con sus superiores jerárquicos.

Los restos del periodista -aseguró- fueron entregados a un “colaborador” en el exterior del consulado.

El influyente editorialista Abdulkadir Selvi, cercano al gobierno turco, afirma en el periódico Hürriyet que una grabación sonora en poder de las autoridades turcas demuestra que en ningún momento se intentó negociar con Khashoggi para convencerlo de que regresara a Arabia.

Según él, el periodista no fue drogado sino que lo estrangularon o asfixiaron “con una cuerda o una bolsa de plástico”.

Según Selvi, los servicios de seguridad turcos también tienen una segunda grabación sonora de 15 minutos realizada antes del asesinato que no deja lugar a dudas sobre el carácter deliberado del crimen.

En esta cinta “se oye al equipo saudita hablando sobre cómo van a matar a Khashoggi, revisando el plan preparado de antemano y recordando a cada uno de los miembros el papel” que deben desempeñar, según Selvi.

“También hay pruebas recabadas después del asesinado, como llamadas telefónicas internacionales realizadas por el equipo saudita”,
añade el editorialista.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha afirmado en varias ocasiones que la orden de matar a Khashoggi se dio “al más alto nivel del Estado” saudita. Descartó la responsabilidad del rey Salmán pero la prensa y responsables turcos anónimos acusan al príncipe heredero, su hijo.