El gobierno italiano reiteró este jueves que no está dispuesto a modificar su presupuesto para 2019, a pesar del rechazo formal de la Comisión Europea, lo que allana el camino hacia posibles sanciones financieras.

“No estamos dispuestos a renunciar a nada si es para defender los intereses de los italianos”, aseguró el jefe de gobierno italiano Giuseppe Conte, interrogado sobre las concesiones que Italia estaría dispuesta a hacer durante las negociaciones con la Comisión Europea.

Conte, que lidera un gobierno de coalición entre la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas y la ultraderechista Liga, repitió que cree “en el diálogo” con el presidente de la Comisión Jean-Claude Juncker y los otros comisionados con los que se reunirá el sábado.

“Les voy a explicar que este es un presupuesto diseñado en el interés de los italianos y, por supuesto, también de Europa: Por lo tanto, no se trata de un gesto de rebelión ni de desobediencia de las reglas comunes”, agregó Conte en declaraciones a la prensa.

“Somos responsables, detrás de este presupuesto, detrás de cada medida, hay mucho estudio”, señaló.

El jefe del gobierno recalcó que la reducción de la deuda era un objetivo común con Europa.

“Estamos trabajando en la reducción” para a la vez “orientar al país hacia el crecimiento”, añadió.

“Queremos un país más competitivo (…) Las recetas orientadas en la austeridad de los últimos años han fracasado, esta es nuestra receta”, reiteró.

El viceprimer ministro italiano Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga y hombre fuerte del llamado gobierno populista, fue aún más firme.

“Un paso hacia atrás no lo haremos”, advirtió al referirse a la reforma de las pensiones.

“No quiero discutir con nadie, pero si tengo que elegir entre Bruselas y los italianos, la la elección es fácil. Exijo respeto por los italianos”, añadió.

La Comisión divulgó la víspera un informe detallado en el que estima que el presupuesto italiano no permitirá a la tercera economía de la zona euro reducir su enorme deuda, situada en torno al 130% del PIB.

Ese informe constituye la primera etapa necesaria hacia el lanzamiento de un procedimiento de déficit excesivo, que podría hacerse efectivo en diciembre o enero al término de un proceso complejo que necesita la aprobación de otros países del bloque.