Esgrimiendo la “urgencia” de tener gobierno y evitar nuevas elecciones, Mariano Rajoy pidió este martes la confianza de los diputados españoles para continuar como presidente del Ejecutivo, sabiendo de antemano que no recibirá los votos necesarios.
Tras su intervención este martes, de poco más de una hora, Rajoy se someterá el miércoles a la votación propiamente dicha, previo debate con las demás fuerzas políticas.
Dado el calendario elegido por el líder conservador para el debate, si se confirma su anunciada derrota y persiste el bloqueo político, los españoles deberán volver a las urnas el 25 de diciembre, un riesgo cada vez más temido.
Ante el hemiciclo, el presidente del Partido Popular (PP) se presentó este martes con tres argumentos: la “urgencia en constituir un gobierno” después de más de ocho meses de interinidad, la victoria de su formación sin mayoría absoluta en los comicios de junio y la falta de “alternativa razonable” a su candidatura.
El candidato conservador centró buena parte de su intervención en el aspecto económico, afirmando que el actual panorama de crecimiento económico fuerte, de más del 3% anualizado, podría “evolucionar a peor” en caso de persistir el bloqueo político.
Rajoy garantizó que el desempleo, actualmente del 20%, el segundo más alto de la Eurozona, es su “máxima preocupación”. Y sostuvo que ahora “la tarea más urgente” es adoptar las medidas que lleven a reducir el déficit a menos del 3% del PIB en 2018, tal y como exige la Comisión Europea, so pena de sanciones.
Rajoy arremetió por otro lado contra el independentismo catalán, advirtiendo que “España sufre una amenaza explícita contra su unidad territorial” frente a la que propone un pacto por la unidad nacional, junto con los centristas de Ciudadanos.
Y desestimó la eventualidad de un gabinete alternativo capitaneado por los socialistas y por el partido izquierdista Podemos, añadiendo que se trataría de un “gobierno de mil colores, radical e ineficaz”.
El PSOE critica
Sin mencionar a ninguna fuerza política, Rajoy, en el poder desde fines de 2011, incidió en que para desatascar la situación necesita más apoyos, y apostilló que no se le ocurre “un mayor daño a la democracia española” que repetir elecciones de nuevo.
Su llamamiento no pareció tener mucho eco, en particular entre los socialistas, quienes reiteraron que votarán “no” este miércoles y también en una segunda votación prevista el viernes, tras el fracaso anunciado de la primera.
“Hemos asistido al discurso de un candidato cansado y de un proyecto político agotado, continuista”, propio de un “burócrata” que no da “ninguna razón” para apoyarlo, dijo a la prensa Antonio Hernando, portavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados.
Íñigo Errejón, número dos de Podemos, fustigó “el tono soporífero” de “un discurso mediocre, de chantaje”, que sólo dedicó “1 minuto y 34 segundos a la corrupción”, un tema tóxico para el PP, acusado de financiación ilegal.
Apoyos insuficientes
Rajoy, presidente del gobierno en funciones desde diciembre, va al debate de investidura con el apoyo de los 137 diputados de su partido, más los de Ciudadanos (32), con quienes cerró un pacto con 150 medidas, y la representante de Coalición Canaria, un partido regional.
Con estos 170 escaños, a Rajoy le faltan sin embargo seis para salir investido con mayoría en la primera votación de la cámara, que cuenta con 350 diputados.
En la votación del viernes en cambio le bastaría con tener más “síes” que “noes”. Pero para ello necesitaría la abstención de al menos 11 diputados, algo que de momento se anuncia imposible dada la oposición firme de los socialistas, de Podemos y de las formaciones nacionalistas de Cataluña y País Vasco.
Los partidos españoles coinciden en que no quieren unas nuevas elecciones en diciembre, que serían las terceras en un año, después de las del 20 de diciembre de 2015 y las del pasado 26 de junio.
En caso de no haber gobierno, los plazos legales establecen que dos meses después de la primera votación de investidura, esto es el 31 de octubre próximo, se abriría un período de 54 días para la celebración de nuevas elecciones, que caerían así el 25 de diciembre.
Lo insólito de la fecha ha llevado ya a PSOE, Ciudadanos y Podemos a plantear una iniciativa legal por la cual la campaña electoral se acortaría, de forma que en el extremo de convocarse elecciones se haga para el domingo 18 de diciembre.