Estados Unidos anunció el lunes medidas punitivas contra el ministerio de Defensa de Irán y al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en nombre del respeto a las sanciones de la ONU contra Irán impugnadas por el resto del mundo.

“Durante casi dos años, funcionarios corruptos en Teherán han trabajado con el régimen ilegítimo de Venezuela para burlar el embargo de armas de la ONU”, dijo a periodistas el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo. “Nuestras medidas de hoy son una advertencia que debería ser escuchada en todo el mundo”.

El gobierno de Donald Trump designó a 27 personas o entidades que dijo que estarían sujetas a sanciones “de la ONU”, pero el propio organismo multilateral dice que la decisión no depende de Washington.

“Estados Unidos ha restablecido las sanciones de la ONU contra Irán”, dijo Trump en un comunicado. “Mis medidas de hoy envían un mensaje claro al régimen iraní y aquellos en la comunidad internacional que se niegan a enfrentarse a Irán”, agregó.

Tras esto, exhortó el lunes a Europa a aplicar las medidas punitivas contra el ministerio de Defensa de iraní y contra Maduro.

“Hemos dejado muy claro que todos los estados miembros de las Naciones Unidas tienen la responsabilidad de hacer cumplir las sanciones”, dijo Pompeo a los periodistas cuando se le preguntó sobre la oposición europea.

“Eso ciertamente incluye al Reino Unido, Francia y Alemania. Tenemos todas las expectativas de que esas naciones hagan cumplir estas sanciones”, dijo.

La administración Trump argumenta que está aplicando un embargo de armas de la ONU que Irán ha violado, entre otras cosas, por un ataque a las instalaciones petroleras de Arabia Saudita.

Para hacerlo, está apelando a una resolución de la ONU que dio el visto bueno a un acuerdo nuclear de 2015 con Irán negociado por el expresidente estadounidense Barack Obama, antecesor de Trump.

Trump se retiró de ese acuerdo en 2018, pero argumenta que Estados Unidos sigue siendo un “participante”, como figura en la resolución de 2015.

El argumento legal ha sido rechazado por prácticamente todas las naciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, y los aliados europeos de Estados Unidos han dicho que la prioridad es conseguir una solución pacífica al programa nuclear de Irán.