El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el jueves que planea revelar su plan de paz para Medio Oriente antes de la visita del martes a Washington del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el líder opositor Benny Gantz.

“Probablemente lo lanzaremos poco antes”, dijo Trump en el avión presidencial de Air Force One, previo a su aterrizaje en Florida. “Es un plan excelente”, agregó, refiriéndose al documento que los palestinos ya rechazaron.

En junio se presentó el capítulo económico, un llamado a inversiones internacionales para invertir 50.000 millones en los territorios palestinos y los países árabes vecinos a lo largo de diez años.

Pero los líderes palestinos, que se han negado a discutir con el gobierno de Trump desde que el presidente estadounidense reconoció a Jerusalén como capital de Israel, han rechazado de antemano el plan estadounidense que parece enterrar la solución de dos estados hasta ahora sostenida por la comunidad internacional.

La Casa Blanca anunció que Netanyahu y su rival político Gantz se reunirán la próxima semana en Washington.

Interrogado sobre los posibles contactos entre su gobierno y los palestinos, que ya han dicho que el texto nace muerto, Trump se mostró evasivo.

El acuerdo “ya está muerto”

La Autoridad Palestina reiteró el jueves su rechazo categórico al plan de paz de la Casa Blanca, y destacó el hecho de que Donald Trump haya reconocido a Jerusalén como la capital de Israel.

Los palestinos quieren hacer de Jerusalén Oriental la capital del Estado al que aspiran, pero Israel considera que Jerusalén es su capital “unificada e indivisible”.

“El acuerdo del siglo que el presidente Trump podría anunciar ya está muerto”, dijo Nabil Abu Roudeina, portavoz del presidente palestino, Mahmoud Abbas, tras una reunión de su jefe con el presidente ruso Vladimir Putin.

“Rechazamos absolutamente lo que el gobierno de Trump ha hecho hasta ahora (…) Nuestra posición es clara: Israel debe poner fin a la ocupación de las tierras palestinas desde 1967″, añadió el vocero.

El miércoles, el presidente Abbas subrayó “la importancia del papel de Francia y Europa para salvar el proceso político” durante una reunión con el presidente francés Emmanuel Macron que visitó Ramala, sede de la Autoridad Palestina.

“Cualquier proceso de paz sólo es posible si las partes implicadas quieren construir la paz, entonces Francia ayudará”, dijo Macron esta semana en Jerusalén.

El vicepresidente estadounidense Mike Pence, que se encuentra en Jerusalén para la conmemoración de la liberación del campo nazi de Auschwitz hace 75 años, anunció la próxima visita de Netanyahu a la Casa Blanca para discutir “la perspectiva de la paz en Tierra Santa”.

Trump llegó al poder en 2017 prometiendo negociar la paz israelí-palestina, con lo que denominó “el último acuerdo”.

Pero desde entonces ha tomado una serie de decisiones que han indignado a los palestinos, incluyendo el recorte de cientos de millones en ayuda y la declaración de que Estados Unidos ya no consideraba los asentamientos israelíes en Cisjordania como ilegales.

Se cree que su plan para poner fin al conflicto gira en torno al fomento de la inversión económica masiva. Después de muchos aplazamientos, la iniciativa de paz se esperaba hace varios meses.

El plan se retrasó después de que las elecciones de septiembre en Israel resultaran inconclusas, y no se esperaba que fuera lanzado hasta después de las elecciones del 2 de marzo.

Medios de comunicación israelíes hablaron el jueves de detalles del acuerdo, que dijeron que fueron filtrados, y señalaron que Estados Unidos había aceptado muchas de las demandas clave israelíes.

La reunión en Washington se realizará poco más de un mes antes de las nuevas elecciones israelíes, con encuestas que muestran que el derechista Likud de Netanyahu y el centrista partido azul y blanco de Gantz, están codo a codo.

La reunión del martes coincide con una sesión esperada en el parlamento israelí para discutir la potencial inmunidad de Netanyahu frente a una serie de cargos por supuesta corrupción.