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En Avellaneda, Buenos Aires, Argentina, vecinos se alarmaron al encontrar el arroyo Sarandí teñido de rojo intenso, sospechando de contaminación por desechos industriales. Vecina reportó variaciones de color previas. Autoridades ambientales tomaron muestras para identificar el químico responsable, posiblemente un colorante orgánico. Si se encuentran responsables, podrían aplicarse multas según Ley de Residuos Peligrosos. El control del arroyo, al límite de la cuenca Matanza Riachuelo, recae en el municipio y la provincia. Acciones se relacionan con el plan de saneamiento dispuesto por la Corte Suprema argentina.

El pasado jueves, un arroyo ubicado en la localidad de Avellaneda, perteneciente a Buenos Aires, Argentina, amaneció teñido de un rojo intenso, preocupando a los vecinos del sector.

Los vecinos sospechan que se trata de un hecho de contaminación, como consecuencia de que alguna empresa habría vertido desechos industriales.

De hecho, según declaró una vecina de Villa Inflamable al medio LN+, “cuando miramos por la ventana nos encontramos con el arroyo rojo, otras veces estuvo rosa, verde, violeta, con grasa o aceite arriba”.

Por el momento se desconoce el origen del químico que tiñó de rojo el arroyo Sarandí, sin embargo, nuestro medio asociado en Argentina, Perfil, asegura que la división provincial del Ministerio de Ambiente tomó muestras para identificar de qué se trata y, eventualmente, dar con quienes sean los responsables.

“Tomamos muestras de dos litros de agua para hacer análisis básicos químicos y analizar por cromatografía líquida con el objetivo de evaluar qué sustancia orgánica está generando la coloración. Se estima que podría ser algún tipo de colorante orgánico“, mencionaron a Perfil.

De encontrarse responsables en el país vecino, podría aplicarse la Ley 24.051 de Residuos Peligrosos, que establece multas para aquellos que arrojen desechos que pueden causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general.

El arroyo Sarandí está al límite de la cuenca Matanza Riachuelo, por lo que su control depende del municipio de Buenos Aires y la provincia. A pesar de eso, al igual que las vertientes que quedan bajo la órbita del plan de saneamiento que dispuso la Corte Suprema y Justicia argentina a través del fallo Mendoza, integra una zona industrial y muchos de los efluentes se arrojan en su cauce.