Después de desistir de su candidatura presidencial, el exjuez brasileño Sergio Moro, quien fue ministro de Justicia en el Gobierno de Jair Bolsonaro, anunció este martes que disputará un escaño en el Senado en las elecciones de octubre.

Moro, que en su etapa como magistrado condenó y encarceló al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva en unos procesos por corrupción luego anulados, se presentará como candidato de Unión Brasil (centro-derecha) por Paraná, el estado donde nació.

“Precisamos de renovación, de cambios. Creo que desde Paraná podemos crear nuevas leyes y que se cumpla aquello que es justo en la legislación actual”, dijo el exjuez en un video emitido en el acto de su candidatura, celebrado en un hotel de Curitiba, capital de Paraná.

En un pronunciamiento posterior, repasó su trayectoria como juez, época en la que se enfrentó a “gente poderosa”, y reforzó su compromiso con la lucha contra la corrupción y el crimen organizado.

También repasó las iniciativas que impulsó como ministro de Justicia que permitieron “reducir casi un 20% el número de asesinatos en Brasil”.

Desde Curitiba, Moro juzgó en primera instancia los casos de la Operación Lava Jato, que en 2014 destapó una vasta trama de corrupción en la estatal Petrobras, y encarceló a empresarios y políticos, entre ellos a Lula, quien pasó 580 días en prisión.

La Corte Suprema de Brasil anuló posteriormente muchos de esos procesos por problemas de jurisdicción y, además, declaró que Moro no fue “imparcial” en las causas movidas contra el líder del Partido de los Trabajadores (PT).

Moro abandonó la carrera judicial para convertirse en 2019 en el ministro de Justicia del ultraderechista Bolsonaro, quien había ganado las elecciones del año anterior y este año aspira a renovar su mandato.

Sin embargo, renunció al cargo en abril de 2020, enemistado con el jefe de Estado, al que acusó de interferir ilegal y políticamente en la Policía Federal para favorecer sus propios intereses.

Posteriormente, se lanzó a la carrera presidencial para los comicios del próximo 2 de octubre.

Las encuestas lo llegaron a situar en tercera posición, por detrás de Lula y Bolsonaro, con alrededor de un 10% de las intenciones de voto, pero Unión Brasil, el partido al que se afilió, descartó su nombre para luchar por la Presidencia.

Ahora, buscará dar continuidad a sus aspiraciones políticas en el Senado, que se renovará parcialmente en los comicios de octubre.