El ahora fallecido expresidente de Perú, Alan García, tuvo una relación de dulce y agraz con nuestro país durante su segundo mandato. Fue el 16 de enero del año 2008 cuando presentó ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya una demanda por los límites marítimos, la cual terminó el 2014, siendo favorables a los intereses del país vecino.

Pero durante su mandato (2006-2011) estuvo marcado por varios episodios complejos entre Lima y Santiago, de hecho, el 16 de noviembre del 2009 tildó a nuestro país como una “republiqueta”, esto en medio de una investigación por supuesto espionaje chileno en su país.

Alan García, en esa oportunidad, indicó que el avance de Perú en materia económica “genera este tipo de temor y complejos y origina este tipo de comportamientos típicos de una republiqueta y no de un país democrático. Nosotros lo lamentamos, pero le advierto al pueblo peruano que esto se debe a que el Perú avanza y ese avance genera temor en los que siempre creyeron ser los adelantados y abanderados del desarrollo” y agregó “actúan como una republiqueta. Exijo con respeto que el gobierno de Chile nos dé una explicación”, indicó desde el Palacio Pizarro de Lima.

Sin embargo, con el arribo al poder de Sebastián Piñera el año 2010, el líder Aprista cambió su postura con Chile y comenzó un diálogo continuo. Fue ahí que se ideó el avance en materia económica que se le llamó “cuerdas separadas” mientras la demanda en La Haya continuaba sus pasos establecidos por la Corte internacional.

Es así que la madrugada del 19 de enero del 2011, Alan García inició una visita de Estado a Chile en que la Moneda de Piñera no escatimó en elogios para quien 3 años antes había ideado la acción legal contra Chile. Tema que no importó, incluso los presidentes de aquel entonces del Senado, Jorge Pizarro, y la presidenta de la Cámara de Diputados, Alejandra Sepúlveda, lo invistieron con la medalla Bicentenario del Congreso Nacional.

En la oportunidad, el presidente del Senado, Jorge Pizarro, le planteó las dudas que existían por lo que había detrás del proceso y posterior juicio de La Haya, a lo que Alan García respondió que “comprendo, señor presidente del Senado, la natural preocupación a la que usted ha aludido”. Y agregó “Pero quiero decirle que no es, en caso alguno, un acto inamistoso, sino por el contrario. Mi voluntad personal, y estoy seguro que de la inmensa mayoría del pueblo y de la juventud del Perú, es superar el último de los pequeños problemas de interpretación para que no quede pretexto en quienes sí creemos en la conjunción y en la voluntad de integración de nuestros países”, indicó.

En esa línea, confesó que “estar presente en este Congreso completa y complementa mi esfuerzo de acercamiento con Chile. Somos países complementarios, somos países llamados a crecer juntos”.

Durante el día dos de su visita, Alan García fue recibido con mantel largo en la Moneda. De hecho, el presidente Sebastián Piñera brindó con pisco sour durante el almuerzo y hablaron de forma categórica de manejar por cuerdas separadas la relación económica y política, para no dañar el crecimiento económico.

En tanto, la relación con Sebastián Piñera fue muy estrecha, de hecho, durante el 2010 fue cuando se dibujó el mapa final de lo que sería la Alianza del Pacífico, y se cerró además el vínculo entre García, Piñera, además de los presidentes de aquel entonces Felipe Calderón de México y Juan Manuel Santos de Colombia.

Grupo de mandatarios que aceleró la integración en una alianza que luego la presidenta Michelle Bachelet continuó pese a las críticas que durante la campaña había generado hacía este método de integración.

Durante los últimos años de Alan García al mando del Perú, luego llegó Ollanta Humala, el crecimiento de las empresas chilenas en ese país fue exponencial. La empresa aérea LATAM logró entrar con fuerza al espacio aéreo de ese país, lo que le generó críticas internas por abrir los cielos del país a una compañía chilena.

Otras compañías oriundas de Santiago también salieron a comprar empresas peruanas, entre ellas del área del retail, farmacias, mall, entre otros.

En tanto, durante el 2018 en Lima sus cercanos han advertido que trató Alan Garcia de pedir asilo político en Chile, producto de lo que el denunciaba como persecución política, pero finalmente lo habría rechazado por lo que tocó la puerta de la embajada de Uruguay, la cual finalmente le dijo que no.