Corría noviembre de 2009, fecha en que Alan García cumplía su segundo mandato presidencial y en la cual el gobierno de su país denunció a Chile por un presunto caso de espionaje.

Los hechos imputados vieron la luz luego de la captura de un oficial peruano, acusado de transmitir información secreta de ese país a Santiago.

En específico, debido a lo ocurrido fueron arrestados -entre otros- el suboficial de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) Víctor Ariza Mendoza y el técnico inspector Justo Rufino Ríos Aguilar, además de dos supuestos militares chilenos, identificados como Daniel Márquez Torrealba y Víctor Vergara Rojas

“Quiero expresar ante el país, el pueblo chileno, ante Sudamérica y ante la opinión pública mundial mi rechazo enérgico y categórico a esta ofensa que se hace a la soberanía del Perú”, dijo en ese momento el mandatario desde el palacio de Gobierno de Lima.

Pero su rechazo a dicho “impasse” no se quedó allí, manifestando que lo ocurrido eran “comportamientos propios de una ‘republiqueta’ y no de un país democrático”.

Eso sí, al momento de emitir estas declaraciones aconsejó a sus compatriotas “actuar con gran serenidad y tranquilidad, porque nosotros tenemos la razón”, aseverando que el supuesto espionaje de nuestro país respondía a “algunos sectores” y no “al pueblo chileno”.

No obstante, García afirmó que los sectores antes señalados aún mantenían “las costumbres dictatoriales y pinochetistas en la relación de Chile con sus vecinos”.

Por parte del Gobierno chileno, las acusaciones efectuadas desde el Perú fueron negadas de forma tajante.

“El Gobierno de Chile no practica el espionaje y no acepta imputaciones de ninguna parte respecto a estos asuntos”, manifestó el canciller de la época, Mariano Fernández.

Palabras “deformadas”

Eso sí, días después el exmandatario -luego de su arribo a la XIX Cumbre Iberoamericana efectuada en Portugal- negó haberse referido a Chile como una ‘republiqueta’.

“Algunas palabras mías las deformaron. Jamás he dicho que Chile es una republiqueta. Si no que el espionaje es más propio de republiquetas que de países democráticos. Eso es diferente”, reculó Alan García.

Ya algo más calmado, agradeció la disposición por parte de la -entonces- presidenta Michelle Bachelet de investigar la denuncia, expresando que “me parece que está muy bien y cualquiera sea el resultado es lo mínimo que debe hacer un Estado”.

Asimismo, agregó que “como lo dije del primer día, esto no es un error atribuible a la presidenta de Chile que es una persona democrática y racional”.