Elecciones en Venezuela y el clima local se vuelve analizable incluso desde la postura internacional. Es para algunos (en el poder) la oportunidad de reafirmarse como democracia. Para los opositores -que denominan al de Nicolas Maduro un régimen- una pantomima para consolidarlo de una vez por todas.

Es una democracia en cuidados intensivos, para otros agonizando, pero en el sistema de salud hay quienes no dejan morir sus esperanzas como las madres que acompañan a sus hijos a la espera de una quimioterapia, una operación o medicamentos para cerrar como se debe un tratamiento.

Los testimonios más duros desde las caras más inocentes

Yuriángela tiene 16 años y muchas ganas de vivir, las típicas de esa edad donde los jóvenes se gastan el tiempo en otras actividades muy ajenas a un hospital donde esta venezolana enfrenta, además de una etapa crítica del cáncer, la carencia de un sistema sin insumos para recibir la quimioterapia o sobrellevarla cuando tienen la suerte de recibirla. Suger Najme, madre de Yuriángela Castillo, se quiebra en llanto asegurando cuan duro es “ver como tu hija se va deteriorando día a día y que cuando sale de quimio, necesita algo pero uno no tiene cómo auxiliarla”.

Según la Federación Farmacéutica venezolana, la escasez de medicamentos ya alcanzó el 80% en este 2018 y en el caso de los fármacos para sobrellevar una enfermedad crónica como el cáncer, esta realidad es del 95%.

Yuriángela y su madre, Suger, no están solas. El remedio por hoy se presenta en dosis de desahogo con otros pacientes. Un alivio que dura segundos cuando comparten sus historias o cuando medios de comunicación les ofrecen su tiempo para desarrollar un testimonio que se multiplica por miles en un país sumido en una crisis profunda, no solo en el área de la salud. La falta de alimentos, empleos, hiperinflación y otros factores adversos, forman parte de su realidad.

Anthony tiene solo 7 años. Su hueco en la espalda luego de enfrentar una operación tiene a su familia con otro en el corazón, dado que los parches para una cicatrización efectiva también forman parte de la escasez.

En Venezuela hay un 95% de escasez para conseguir medicamentos contra el cáncer
- Federación Farmacéutica de Venezuela

María Silva, su abuela confirma la dificultad para conseguir este insumo. “Los medicamentos no se consiguen y el que los tiene te los quiere vender en dólares. (Pobre) del que no tenga los medios económicos y, aunque los tengas, sale súper caro”, señala.

Son parte de los testimonios entregados a la agencia de noticias France Press (AFP) en la que se desprende la radiografía que tanto cuesta conseguir en un sistema de salud como el venezolano.

Radiografía de la escasez en el sistema de salud venezolano

Federico Parra | AFP
Federico Parra | AFP

Luisito, un niño de 8 años, llegó a Caracas por una operación para remover un tumor cerebral. La ausencia de cupo le heredo otro mal: una varicela contraída en el hospital que, además de sumar en su historial médico, hizo que su categoría de atención fuera reducida y ahora se encuentra con menos esperanzas de ser intervenido.

Los testimonios son parte de la radiografía con cifras en rojo. La Sociedad Médica Venezolana aseguró a France Press, medio asociado a BioBioChile, que la mortalidad infantil aumentó un 30% desde 2016.

¿Podría ser peor? Sí. De hecho, 30% del personal médico en toda Venezuela ha emigrado debido a la crisis en su país. Se traducen entonces en menos medicamentos, menos personal y más desesperanza para los pacientes, sobre todo los de enfermedades terminales.

La Sociedad Médica Venezolana estima que 30% del personal médico ha emigrado. La mortalidad infantil aumentó 30% en 2016 frente al año anterior, según la cifra oficial más reciente.
- Agencia France Press

La solución se ve lejana en tiempos electorales

Luis Robayo | AFP
Luis Robayo | AFP

Nicolas maduro busca la reelección en el poder en medio de señalamientos locales y mundiales por el deterioro de un país petrolero ahora endeudado y sumido en una pobreza que ya alcanza al 80% de la población, según la encuesta Acovi (Universidades Venezolanas a nivel nacional).

Los médicos de los principales hospitales públicos en Caracas y otras ciudades, resienten la crisis y la impotencia de faltar a su juramento, aunque conscientes de un sistema colapsado. “A diario se nos mueren, y se nos mueren los niños, por falta de insumos, por falta de material, por falta de un buen servicio, por falta de una buena atención” solloza la enfermera Wuendy Piña, quien no duda en sumarse a una que otra protesta, cuando la situación la colma e irrita.

Según algunos médicos venezolanos, la carga sería menos pesada si se importaran los insumos y medicamentos o el gobierno permitiera la ayuda humanitaria desde otros países, la cual no se acepta por el cuidado de no reafirmar la situación de crisis.

“No tenemos los medicamentos, no hay fármacos, no hay ciertas ampollas porque son muy costosas y, como tenemos cerradas lo que es la ayuda humanitaria, se niegan a que traigan ese tipo de apoyo. Lamentablemente la situación se complica más” según receta en dosis de realidad Édgar Sotillo, un neurocirujano pediátrico en la capital de Venezuela.

La esperanza a falta del medicamento

Interminables visitas en los hospitales, son por hoy la solución a un mal que se acrecenta en el sistema de salud venezolano. Los padres son los atribulados. Los niños como Luisito, los más esperanzados dada su corta edad.

Ese optimismo permite que la estadía obligada sea mejor asimilada en un país donde este domingo la realidad será menos visible, al menos para los políticos que hoy están enfrascados en sus propios cierres de campaña, librando la batalla paralela al sistema que hoy sigue agonizando junto a sus pacientes.