Cerca de 80 trabajadores de la refinería ENAP Bío Bío, ubicada en Hualpén, fueron notificados este martes de su desvinculación de la empresa.

La medida se da en el marco de un proceso de despidos a nivel nacional y responde a un plan de ajuste de costos, el cual había sido anunciado hace algunas semanas por la administración de la estatal.

El personal finiquitado corresponde aproximadamente a un 10% de los trabajadores de la planta ubicada en Hualpén, algo que el sindicato local calificó de aberrante.

Al inicio de la jornada, los dirigentes instalaron un crespón negro junto a la bandera institucional, manifestando así que se trata de un “día de luto” para los trabajadores del petróleo.

De los 80 trabajadores, 56 pertenecen al Sindicato, y según dijo su presidente Iván Montes, se cuentan también 4 ejecutivos de la empresa.

El dirigente indicó que desde el 18 de diciembre, cuando los dirigentes de la Federación de Trabajadores del Petróleo y sus sindicatos bases fueron informados de la intención de la administración de despedir trabajadores en el marco de su política de contención de costos, se realizaron numerosos esfuerzos para intentar impedir la pérdida de fuentes laborales.

El presidente del sindicato de ENAP Bío Bío, indicó que esto es resultado de la mala administración del gerente anterior Marcelo Tokman y de la corrupción que se instaló en la estatal.

Asimismo, acotó que lamentablemente el costo lo están pagando trabajadores que pierden su fuente laboral, unos 300 a nivel nacional, pese a las innumerables ocasiones en que hicieron ver a la empresa el error que cometían.

La compañía respondió con un plan de apoyo, que permitirá que el trabajador que sea despedido cuente con algunas garantías para enfrentar de mejor forma la cesantía.

Según Montes, al menos en la refinería Bío Bío las desvinculaciones se han dado en todas las áreas de la compañía, abarcando a personal con varios años de servicio.

Una decisión dolorosa

Desde ENAP -por medio de un comunicado- se refirieron a lo ocurrido, indicando que debido a la “delicada situación financiera” que atraviesan se llevó a cabo la desvinculación de “un número importante de colaboradores de la empresa, incluyendo a ejecutivos, profesionales y trabajadores de sus unidades de negocio en el país y sus filiales en el extranjero”.

“Se trata de una decisión muy dolorosa, pero las cifras actuales son una realidad de la que tenemos el deber de hacernos cargo para asegurar el futuro de ENAP”, señaló en la misiva el gerente general de la compañía, Andrés Roccatagliata.

En ese sentido, se sostuvo que el objetivo es “avanzar hacia un modelo que permita hacer viable ENAP en el tiempo y modernizar su modelo de negocios”.

La palabras de Roccatagliata no quedaron allí, manifestando que “tenemos la obligación de poner el futuro de ENAP por delante. Nos interesa proyectar esta compañía, adecuando su estructura y funcionamiento a las necesidades energéticas actuales de Chile”.

Además, el gerente aseguró que con la determinación tomada apunta a “la reducción en el número de líneas jerárquicas dentro de la empresa, principalmente en directivos y jefaturas”, lo que -a su parecer- permitirá agilizar la toma de decisiones.

Eso sí, el texto no se centró solamente en los despidos, ya que también se refirió a los números negativos de ENAP, la que “perdió US$ 152 millones antes de impuestos entre enero y septiembre de 2018, y arrastra una deuda de alrededor de US$ 5.100 millones”, lo que equivale a una relación deuda/EBITDA de casi 9 veces.

Luego de la inyección autorizada por Hacienda en agosto de 2018, cuya suma llegó a los US$ 400 millones, el Gobierno le pidió a la compañía realizar un “esfuerzo para reducir su alto endeudamiento y priorizar aquellas inversiones que generen mayores retornos”.

Entre las medidas señaladas, se encuentra la determinación de “disminuir inversiones en torno a los US$ 90 millones para el año”.

Tras la salida de los trabajadores despedidos, ENAP dio por cerrado su “proceso de ajuste general de personal”.