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Rusia enfrentará nuevas sanciones internacionales contra su sector petrolero con el objetivo de presionar a Vladimir Putin a negociar la paz en Ucrania, según el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot. Estas medidas, las decimosextas desde el inicio del conflicto, se centrarán en los recursos energéticos utilizados por Rusia para financiar la guerra, especialmente en los medios para eludir el tope de precios del petróleo ruso. Las sanciones también apuntarán a empresas y propietarios de barcos que continúan vendiendo petróleo ruso por encima del límite establecido. Macron y otros líderes europeos buscan enviar un mensaje unitario de presión a Putin, desconfiando de los esfuerzos de negociación anteriores y buscando una postura más firme para lograr la paz en la región.

Rusia será objeto de nuevas sanciones internacionales contra su petróleo, que ha conseguido en parte sortear las anteriores recurriendo a barcos de terceros, para “forzar” a que Moscú negocie la paz en Ucrania, ha anunciado este martes el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot.

“Vamos a seguir endureciendo el costo de la guerra para Vladímir Putin y exactamente desde el lunes próximo tomaremos un nuevo conjunto de sanciones, las decimosextas desde el comienzo de la guerra, para forzar a que Vladímir Putin se siente en la mesa de negociaciones”, ha afirmado Barrot en una entrevista a la emisora France Info.

Esas sanciones -ha precisado- se concentrarán “esencialmente en los recursos energéticos que Rusia utiliza para financiar su esfuerzo de guerra” y en particular en los medios para puentear el dispositivo para aplicar un tope de precio al petróleo ruso.

Se tratará de sancionar a las empresas o los propietarios de los barcos que siguen vendiendo el petróleo ruso por encima del tope.

El ministro francés ha recordado que Rusia consigue 100.000 millones de euros cada año por la venta de petróleo, cuando la guerra en Ucrania le cuesta 140.000 millones.

Sobre todo, ha insistido en que la experiencia muestra que “es muy difícil de imaginar que (el presidente ruso) Vladímir Putin se siente de buena fe en la mesa de negociaciones sin que se le inflija una presión colosal”.

Una forma indirecta de manifestar su desconfianza en los pasos dados por la Administración de Donald Trump, y por la reunión que se celebra en Riad entre los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, y Rusia, Serguéi Lavrov.

El presidente francés, Emmanuel Macron, reunió ayer lunes en París a dirigentes de otros siete países europeos para, según Barrot, ofrecer “un mensaje unitario”, en particular sobre la idea de que “sólo conseguiremos la paz con la presión”.

Un mensaje que Macron transmitió previamente en una conversación telefónica que mantuvo con Trump para escuchar también la posición del presidente de Estados Unidos.

Sobre la repetición de reuniones como la de ayer, el ministro francés señaló que habrá más “en los próximos días”, pero “asociando más ampliamente a todos los europeos que están concernidos”.