Un estudio detalló que el 9% de los hogares en el país ya sería encabezado por alguien proveniente de otro país; y que casi un 80% de ellos son arrendatarios y un 11,9%, propietarios. En ellos habitan, en promedio, 3,1 integrantes; mientras que en aquellos donde el jefe de hogar y sus integrantes son chilenos, habitan 2,8 personas.

De acuerdo a un análisis, los hogares de los extranjeros que viven en Chile son más numerosos -en cuanto a cantidad de personas- que los de los chilenos.

Datos de Nómade Consultora y el Centro de Políticas Migratorias indicó que en esos hogares habitarían, en promedio, 3,1 integrantes; mientras que en aquellos donde el jefe de hogar y sus integrantes son chilenos, habitarían 2,8 personas.

Conforme a Diario Financiero, el dato relacionado a los migrantes (3,1 personas por hogar en promedio) es la cifra más alta desde 2011.

En ello estaría incidiendo el alza de la natalidad entre la población extranjera.

El citado medio mencionó que el 9% de los hogares en el país ya sería encabezado por alguien proveniente de otro país; y que casi un 80% de ellos son arrendatarios y un 11,9%, propietarios.

Agregó que el volumen más considerable de los arrendatarios extranjeros son venezolanos (93,7%). Los peruanos, en tanto, son quienes mayormente poseen vivienda propia (18%).

En contraparte, los bolivianos son los que registrarían mayores “tasas de posesión u ocupación irregular o usufructo (17,2%)”, precisó el análisis reproducido por Diario Financiero.

La tasa de hacinamiento entre los extranjeros alcanzaría 18,5% (promedio), una cifra muy superior a la de los chilenos (3,3%).

José Tomás Vicuña, de Nómade Consultora, comentó respecto de esta información que el número de personas en los hogares encabezados por locales viene disminuyendo desde 2006.

Por su parte, desde el Centro de Políticas Migratorias el director ejecutivo, Juan Pablo Ramaciotti, complementó que en el norte de Chile se observan “mayores tasas de ocupación irregular, arriendo informal y hacinamiento”.

En la región Metropolitana, dijo, los precios de los arriendos son los más altos para los afuerinos, añadiendo que la crisis habitacional es algo tranversal.

“Es necesario que las políticas urbanas no solo se preocupen de la construcción de viviendas sociales, sino también de que la regulación e incentivos a los actores privados permitan una respuesta más ágil ante la demanda habitacional que se ha visto incrementada por la migración de los últimos años”, opinó.