El estudio, realizado por la Universidad de Talca, junto a la Acnur, también arrojó que un 61,5% de los encuestados no tienen acceso a una cuenta corriente, una tarjeta o una línea de crédito y que el 73,3% recurren a otros trabajos adicionales u horas extras para incrementar sus ahorros.

El 51,7% de los migrantes y refugiados residentes en Chile tienen dificultades económicas para cubrir sus gastos esenciales y una alta probabilidad de endeudamiento en caso de pérdida del trabajo.

Estas son parte de las conclusiones del estudio “Vulnerabilidad económica y financiera de la población refugiada y migrante en Chile”, realizado por la Universidad de Talca (UTalca), y en colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

“El 51,7% de los 1.053 entrevistados señalan que, en caso de perder el trabajo, no tienen reservas económicas para cubrir los gastos del mes”, explicó el director del Centro Nacional de Estudios Migratorios de la universidad, Medardo Aguirre.

Acceso a financiamiento

La investigación también arrojó que el 61,5% de los encuestados no tienen acceso a una cuenta corriente, una tarjeta o una línea de crédito y que el 73,3% recurren a otros trabajos adicionales u horas extras para incrementar sus ahorros.

Los pocos que sí tienen tienen acceso a financiamiento formal “lo utilizan, por ejemplo, para cubrir necesidades básicas y deudas como vestimenta y dividendos. Es decir, se van endeudando para ir cubriendo los gastos que les quedan de cada mes”, apuntó el investigador.

Ahora bien, el académico explicó que la débil capacidad para cubrir los gastos esenciales no solo afecta a la población migrante, sino también de forma transversal a los sectores más pobres de Chile.

“Cuando uno analiza el ingreso por trabajo de los migrantes en la encuesta Casen, no es más bajo, y lo que estamos observando con la población migrante, es muy similar a lo que sucede con los chilenos”, destacó el docente.

¿Qué estrategia se puede utilizar para mejorar esta situación? Desde la UTalca señalan que la inclusión financiera es esencial para que las personas puedan mejorar la capacidad de generar ingresos, disminuir la vulnerabilidad de los hogares más pobres y facilitar la acumulación del ahorro, entre otros aspectos.

Y para el caso específico de la población migrante, la inclusión financiera debiera ir de la mano con ayudas para la regularización de su situación migratoria, y que de esta forma puedan acceder a trabajos formales con contrato y al sistema financiero.