El tipo de cambio borró casi toda el alza de la primera quincena de julio y la intervención del Banco Central todavía no se diluye. Su futura cotización sigue dependiendo de factores internacionales.

El precio del dólar retrocedió en torno a $10 en esta jornada, encadenando tres sesiones consecutivas a la baja tras la intervención cambiaria del Banco Central.

La divisa estadounidense pierde fuerza a nivel global y en Chile incluso contrarresta el retroceso de 0,5% en el precio del cobre.

El efecto de la intervención cambiaria del Banco Central todavía no se diluye, y en esta jornada vimos una tercera sesión consecutiva a la baja en el precio del dólar, que poco a poco va moderando el ajuste respecto a la fuerte caída de más de $70 que vimos el pasado viernes.

La divisa estadounidense cayó $11 respecto al cierre de la jornada de ayer, y se ubica en $927. Viéndolo en perspectiva, es un retroceso de más de $120 respecto del techo de $1.051 que se alcanzó la semana pasada, y el tipo de cambio prácticamente borra todas las alzas que vio la primera quincena.

No cabe duda que el efecto ha sido relevante, incluso contrarrestando lo que fue una caída marginal de 0,5% en el precio del cobre, que ayer había subido con fuerza, generando dudas respecto de la eficiencia.

El gerente de Estudios de Renta 4, Guillermo Araya, estimó que la estabilización del dólar va a seguir dependiendo del escenario internacional, pero –al menos- debería caer a cerca de $900.

En esta jornada, de hecho, el precio del dólar a nivel internacional también ha perdido fuerza, por el hecho de que los mercados han moderado sus expectativas sobre el alza de tasas de la Fed.

Las proyecciones de inflación a cinco años en el gigante norteamericano se moderaron, según datos recientes, y en medio de las noticias que pueda haber en el plano global el economista de la Usach, Víctor Salas, dijo que el mercado va a ir calibrando la intervención.

Otro factor relevante que entregó mayor equilibrio al dólar frente a otras monedas fue el dato de inflación de la eurozona, que si bien se ajustó a las expectativas se ubicó en un 8,6% interanual, una cifra histórica que aumenta la presión para un alza de tasas que acorte distancia con los tipos de interés en EEUU.