Terminando la primera semana de febrero, el Gobierno completará el catastro de los daños en la industria agrícola luego de las intensas precipitaciones del fin de semana, entre las regiones de Valparaíso y el Maule.

El caso más grave sería el de la uva de mesa, especialmente las blancas de media estación que representan un 40% de las exportaciones de la industria frutícola, ya que en algunas zonas las pérdidas han sido totales.

Duraznos, arándanos y ciruelas también se han visto afectadas y, aunque algunos productos de exportación podrían redirigirse a puntos de venta locales; las hortalizas, por ejemplo, podrían tener un aumento de precios, según el presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela.

Al menos seis mil productores frutícolas habrían registrado pérdidas, advirtió el gremio.

Pese a las cifras preliminares, de acuerdo a la ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, aún no se puede hablar de efectos en el mercado.

El agroclimatólogo de la Universidad de Talca, Patricio González, estimó que este tipo de eventos serán más recurrentes, pero que solo se pueden paliar con mayor apoyo estatal.

Tras una reunión que sostuvo el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, con la CPC, el líder de los empresarios, Juan Sutil, señaló que el Ejecutivo está evaluando modificaciones al Fogape Reactiva para apoyar al sector.

Las pérdidas son millonarias y ya se habla de catástrofe agrícola.

Por ello se analiza cuántos productos se pueden rescatar para exportación, cuántos se perdieron y cuántos se pueden vender en el mercado local, tomando en cuenta que un envío a China demora 40 días.