A la espera de abrir su sede –la sala Antonio Varas- y acoger a su público para evitando contagios de coronavirus, como parte del VI Foro de las Artes 2020 Universidad de Chile, el TNCH inaugura hoy “Delirios de cautiverio”, ciclo escénico digital que tiene como referencia, dice su director Cristián Keim, aquello que se ha “presenciado, imaginado o delirado en este extraño período que estamos viviendo”.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Un título para siete obras en pequeño formato, entre más de trescientas que postularon a un concurso abierto, evaluadas por Nona Fernández (dramaturga), Ana Harcha (académica-investigadora U. de Chile), Astrid Quintana (académica-dramaturga U. de Valparaíso), Guillermo Ganga (diseñador) y Cristián Keim.

Convocatoria y resultado que tiene una particularidad: “Cinco trabajos son de Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Concepción y Punta Arenas y sólo dos de la Región Metropolitana”, destaca el director Cristián Keim.

La peste negra, Delirios en Cautiverio (c)

Nuevas experiencias

¿Cómo percibes el entorno socio-cultural de hoy?

“No se ve una salida clara de la crisis social ni sanitaria. La esperanza está en la vacuna que, dicen, saldría en junio 2021… pero no sabemos en que derivará la inestabilidad social.

“La doble crisis ha alterado nuestra forma de vivir y aunque los plazos se vayan aclarando un poco, en el públlco habrá desconfianza y temor para ir al teatro.

“Tampoco veo que haya apoyo real para que las cosas se modifiquen: vivimos en una sociedad en la que, estructuralmente, la cultura -como espacio público- está abandonada”.

Hay numerosas experiencias escénicas digitales…

“Sí, se han experimentado formatos variopintos que han surgido sobre un terreno inexplorado. Todos hemos hecho lo que se ha podido sobre lo que se ha ido aprendiendo.

“Son experiencias que no se pueden comparar entre sí, cada una es un experimento súper valorable. Estamos obligados a desarrollar una creatividad que no se tenía o estaba en segundo plano, siempre metidos en la industralización de los procedimientos, del costo-beneficio… Hoy hay que reinventarse de cero”.

El medio digital también aporta dificultades…

“Claro, un proceso creativo de por sí es inestable, imagínate cómo influye la inestabilidad propia del medio digital y de la plataforma que se use.

“No existe contacto directo con el público y el intérprete no tiene la referencia de los compañeros de escena… sin contar con las fallas o accidentes inesperados, la saturación de los servidores o cuando la casa desde donde se transmite queda sin corriente, como ha ocurrido.

“Hay herramientas artísticas y tecnológicas que están empezando a aparecer, pero no es fácil generar la confianza en los equipos creativos para abordar estas nuevas plataformas”.

El concurso traspasó desafíos e incertidumbres…

“El TNCH está en el origen de los teatros y las escuelas universitarias chilenas, lo que no deja de ser una referencia. Es importante marcar un camino para nosotros, mucho más generoso.

“Este concurso fue una oportunidad para convocar equipos creativos, dejar de mirarnos el ombligo capitalino con un TNCH que intenta ser una referencia en el modo de trabajo colaborativo, donde entran voces muy distintas.

“Tenemos obras desde Punta Arenas a Antofagasta, creadas por una generación más joven que ve en los medios digitales una oportunidad para sus creaciones.

“Mas allá de los resultados artísticos, que esperamos sean los mejores, representan una forma de trabajar en el Chile que se está construyendo.

“No se puede recurrir a lo que siempre se ha hecho ni a las mismas formas de trabajo. Que se busquen nuevos lenguajes que interpreten el mundo de hoy, está muy bien, pero debemos hacerlo con nuevas prácticas, de partida en las relaciones laborales”.

Criterios de selección

¿Hubo discriminación positiva para asegurar obras regionales?

“En el proceso de selección el jurado operó con dos criterios: elección de textos sin indicaciones de ningún tipo. Primó exclusivamente lo artístico. La referencia fueron aquellas escenas que hemos presenciado, intuido, imaginado o delirado en este extraño período que seguimos viviendo.

“Para la selección de los núcleos creativos se tomó en cuenta aquellos más jóvenes que estaban trabajando de manera interesante en diversas partes de nuestro territorio y que tenían vínculos con el medio digital.

“La idea es generar una red a nivel nacional de creadores y que el TNCH sea un puente entre ellos para potenciar la conversación entre autores y directores”.

Las obras en dos palabras

“La peste negra”, de Tomás Henríquez (Viernes 16, 20.00 horas): “Gran nivel de lucidez, plantea una premonición y una esperanza: siempre después de una peste hay un renacimiento”.

“La cosa”, de Soledad Figueroa (Viernes 16, 20.00 horas): “Es una de las más delirantes, desentraña un pensamiento casual… que se convierte en realidad”.

“El disparo que trajo la culpa”, de Elisa Osorio (Sábado 17, 20.00 horas): “La pulsión de la culpa en contexto de encierro, lo que se hizo o se omitió… con fantasmas que acompañan”.

“Marta L”, de Nicolás Lange (Sábado 17, 20.00 horas): “La alucinación de heroínas que plantan cara a los seres más poderosos con los que uno se podría cruzar”.

“Karen”, de Pablo Barrientos (Viernes 23, 20.00 horas): “Esa soledad en pandemia que hace tener la duda sobre si uno está o no, si uno es en relación a otro ser humano”.

“Dinosaurios en mi ventana”, de Raúl Riquelme (Viernes 23, 20.00 horas): “La infancia enfrentada al problema de la muerte, los niños-dinosaurios y la inocencia”.

“Comunidad”, de Camila Le-Bert (Sábado 24, 20.00 horas): “Una polifonía o mezcla de voces como las del chat en las que se participa voluntaria u obligatoriamente”.

Afiche de Delirios en cautiverio (c)

16 al 24 de octubre, 20.00 horas. Gratuito. Mira la programación aquí.
http://forodelasartes.uchile.cl/