El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, protestó duramente este jueves contra el apoyo del primer ministro francés, Manuel Valls, a la oposición venezolana y en particular al dirigente Leopoldo López, tras la derrota del chavismo en los comicios legislativos.
“Repudio y rechazo las declaraciones intervencionistas, inmorales, del primer ministro de Francia”, dijo el gobernante socialista en un acto oficial, tras lo cual anunció que emitirá una “contundente” nota de protesta contra Francia.
Durante una ceremonia solemne por el 185 aniversario de la muerte del prócer independentista Simón Bolívar, Maduro acusó a Valls de actuar frente a Venezuela con una “visión siempre colonial, racista”, y remarcó que sus afirmaciones en favor de la oposición son “insolentes y parcializadas”.
“Le he dicho a la canciller (Delcy Rodríguez) que emita una contundente nota de protesta y que cite al embajador de Francia en Venezuela (Frédéric Desagneaux) y le diga muy claramente cuáles son las condiciones para tener relaciones con un país libre e independiente”, señaló.
Valls felicitó el jueves a la oposición venezolana por su aplastante victoria electoral frente al partido de Maduro y abogó por una pronta liberación de López, condenado en septiembre pasado a 13 años y nueve meses de cárcel.
“Triunfo de la MUD: escribí a @ChuoTorrealba para felicitarlo así como a todos los demócratas de #Venezuela. ¡Liberación de @LeopoldoLopez ya!”, manifestó Valls en un mensaje en Twitter, en español y en francés.
En los comicios del 6 de diciembre, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD, centroderecha), cuyo secretario es Jesús Torrealba, obtuvo 112 de los 167 escaños de la Asamblea Nacional, frente a 55 del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de Maduro, heredero político del presidente Hugo Chávez, fallecido en 2013.
En el panteón nacional de Caracas, donde reposan los restos de Bolívar, el jefe de Estado sostuvo que su país no interviene en asuntos de otros países, por lo que espera un trato recíproco.
“Nosotros no nos metemos con nadie. Que nadie quiera meterse en Venezuela o pretendan pensar que Venezuela, por las dificultades que pasa, llegó el momento de gobernarnos desde otras capitales u otros países”, afirmó Maduro ante su gabinete, los altos mandos militares y representantes de otros poderes del Estado.
“Exigimos respeto”
“Ante el mundo lo único que exigimos es respeto. No saben como hierve la sangre de los hijos de Bolívar, subrayó el presidente, cuyo reclamo recibió aplausos de los presentes.
En una carta fechada el 14 de diciembre y también colgada en Twitter, Valls felicitó “cálidamente” a Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, “y a todos los demócratas venezolanos” por una “victoria amplia e incontestable”.
“La victoria de su coalición abre nuevas perspectivas para la democracia en Venezuela”, afirma el jefe del gobierno francés, de 53 años, nacido en Barcelona (España).
“En estas felices circunstancias, pienso en los presos de opinión injustamente condenados y en especial en Leopoldo López, y espero su próxima liberación”, prosigue, en referencia al economista opositor, condenado bajo cargos de incitar a la violencia durante protestas para presionar la renuncia de Maduro que dejaron 43 muertos entre febrero y mayo de 2014.
En octubre, Valls ya había pedido la liberación de López tras recibir a la esposa del dirigente opositor, Lilian Tintori.
“El nuevo parlamento y el gobierno de Venezuela deberán enfrentar importantes retos en momentos en que la crisis golpea a su país. No me cabe duda de que la Asamblea recientemente elegida se mostrará a la altura (…) de sus responsabilidades” y hará gala de “la determinación, la serenidad y la unidad que el país requiere”, prosigue.
Torrealba retuiteó el mensaje de Valls y le respondió: “Sr. Primer Ministro de Francia, agradecemos su sincero interés por la democracia venezolana, seguimos en la lucha!“.
La economía venezolana, fuertemente dependiente del petróleo, fue duramente golpeada en los últimos meses por el derrumbe del precio del barril. La escasez de productos de primera necesidad y una inflación galopante (de 200%, según expertos) crearon un fuerte descontento popular, que favoreció a la oposición.