El Partido Progresista transparentó sus intenciones de concordar con otros partidos y con la Nueva Mayoría un abanderado común, postura que es rechazada por la Democracia Cristiana, donde afirman que “no hay espacio para esa colectividad”. Esto, a medida que se acercan las elecciones municipales, proceso que será crucial para despejar el escenario político presidencial y establecer si se realizarán o no primarias en la centro izquierda para llevar un candidato único.

Quedan aún dos años para las elecciones presidenciales, pero la estrategia ya comienza a tejerse. Las opciones de llevar candidatos directos o realizar primarias cruzan a los partidos, y en el caso de la Nueva Mayoría se ha instalado como un ruido concreto estas semanas.

Aparte de la situación interna de la Democracia Cristiana, el oficialismo mira con diferencias la eventual incorporación de otros partidos y movimientos en el caso de una primaria de centro izquierda, como el Partido Progresista, que ya levanta a Marco Enríquez-Ominami nuevamente como abanderado.

La presidenta del PRO, Patricia Morales, manifestó la intención de concordar un candidato único para fortalecer una opción frente a la que impulse la derecha.

La idea no es muy bien evaluada en la Democracia Cristiana, que ve al progresismo como un partido opositor al programa actual de la Nueva Mayoría y de la Presidenta Michelle Bachelet.

El presidente de la tienda, Jorge Pizarro, consideró que el de Enríquez-Ominami es un proyecto personal, lejano al del bloque.

Algo que no comparte el presidente del MAS, Alejandro Navarro, quien sostuvo que para toda coalición política es necesario ampliarse. Consideró egoista cerrarle la puerta al progresismo.

Los presidentes de los partidos oficialistas reconocen que la opción deberá ponerse sobre la mesa en las reuniones de coordinación de la Nueva Mayoría.