Cuatro policías de Rio de Janeiro murieron asesinados en menos de 24 horas, una muestra de los altos índices de violencia en este estado brasileño que acogerá los Juegos Olímpicos de 2016.

Un efectivo del batallón de Grandes Eventos -creado para garantizar la seguridad durante la visita del papa, la Copa del Mundo, los Juegos, entre otros- murió el domingo de tarde en un asalto. Recibió siete disparos, según el sitio G1 de Globo.

Veinticuatro horas antes, un inspector de la policía civil fue asesinado en la peligrosa Baixada Fluminense, vecina a Rio de Janeiro.

Luego en Niteroi, otra ciudad vecina, un policía fue asesinado cuando regresaba del desfile de las campeonas del Carnaval y otro murió, estando en servicio, en medio de un tiroteo con asaltantes de una panadería en Nova Iguaçu (suburbio).

En ese último altercado, otro policía resultó herido sin gravedad. Otros tres también fueron baleados, pero no corren riesgo de muerte.

El gobierno de Rio ha ocupado decenas de favelas desde el 2008 arrebatándolas de manos de narcotraficantes, que llevaban 30 años dominándolas.

Se instalaron 39 de las llamadas Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en 253 favelas donde viven más de 1,5 millones de personas.

Pero habitantes y autoridades han denunciado varios tiroteos en esas zonas en los últimos meses. En enero por ejemplo, 25 personas fueron impactados por balas perdidas, tres de las cuales murieron.